Hace ya algunos años se celebró en Vitoria-Gasteiz un "Encuentro con escritores y escritoras perseguidas". Estos eventos, como se comprenderá, no se anuncian a bombo y platillo por la seguridad de los que en ellos intervienen. Afortunadamente, fui uno de los invitados al mismo. Evento del que guardo un grato recuerdo.
Allí estaban, entre otros, escritores cubanos refugiados en España, Joseba Arregi, escritor vasco amenazado por ETA, y una persona que estaba siendo perseguida, tanto por su gobierno, como por los servicios secretos rusos debido, entre otras cosas, a un libro que había escrito: Voces de Chernóbil. Por aquel entonces me llamó mucho la atención la firmeza de sus convicciones y la defensa a ultranza de la libertad de expresión y de los derechos humanos. Defensa que, dada la amenaza que pesaba sobre su vida, adquiría una dimensión especial. Fue todo un día muy singular en el que palpé de primera mano el compromiso con la libertad de una serie de personas que no se arredran ante nada por su defensa. Al poco tiempo de este Encuentro leí su libro y comprendí por qué estaba perseguida. Aquella obra coral dejaba al descubierto la inoperancia de un sistema político totalmente burocratizado y, por tanto, deshumanizado, ante el gravísimo accidente de la Central Nuclear de Cernóbil. Entiendo que este Premio Nobel viene a reconocer, no sólo una producción literaria, sino también un compromiso con la libertad y con la defensa de los derechos humanos.
¡¡¡ GRACIAS Svetlana !!!
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