Una creciente evidencia sugiere que el tiempo en la pantalla puede tener algunas consecuencias negativas para el desarrollo de los niños pequeños. En un nuevo estudio de casi 900 niños entre seis meses y dos años de edad, los investigadores encontraron que los que pasaban más tiempo usando dispositivos portátiles tenían más probabilidades de presentar retrasos en el desarrollo del habla, en comparación con los niños que no usaban los dispositivos o no los usaban tanto. Por cada 30 minutos de tiempo de la pantalla, hubo unaumento del 49% de riesgo de retraso de habla expresiva. La investigación, dirigida por pediatras en el Hospital for Sick Children de Canadá, fue presentada en la reunión anual de las Sociedades Académicas Pediátricas.
Los investigadores afirmaron no encontrar otros efecto del tiempo de la pantalla en otras habilidades de comunicación, tales como gestos o el lenguaje corporal. Pero vale la pena investigar el efecto sobre el habla.
“Lo que estos resultados muestran es que si los padres están tratando de abordar el desarrollo del lenguaje de sus hijos con aplicaciones educativas, probablemente no funcione a escala de población”, dice la Dra. Jenny Radesky, profesora asistente de pediatría conductual de desarrollo en la Universidad de Michigan y miembro del Comité Ejecutivo de la Academia Americana de Pediatría del consejo de comunicaciones y medios de comunicación.
Radesky, que no estuvo involucrada en el estudio, dice que hay una serie de razones por las que la Academia Americana de Pediatría desaconseja contra dispositivos portátiles para niños pequeños, y alienta a los padres a aprovechar este momento crítico de desarrollo interactuando directamente con sus hijos. Por un lado, los últimos estudios sugieren que los niños no son capaces de comprender la conexión entre el mundo bidimensional en la pantalla y el mundo tridimensional que los rodea. “Incluso si pueden imitar lo que ven en la pantalla, no siempre pueden transferir eso al mundo real y el resto de sus vidas”, dice. “El pensamiento simbólicoy la flexibilidad de la memoria es algo que las aplicaciones no han sido capaces de superar, no importa lo interactivas que sean”.
Incluso si los padres están exponiendo a sus bebés a dispositivos portátiles con contenido “educativo”, ese tiempo de la pantalla podría no estar ayudando a su desarrollo. Radesky también señala que la cantidad de tiempo que los niños pequeños pueden estar dedicando a las pantalla puede reflejar factores sociales, culturales y económicos que podrían tener más que ver con el estrés de los padres que con un cuidado consistente para el niño. Se necesitan más estudios para ver cómo estas cosas pueden afectar el desarrollo del niño, incluyendo el lenguaje expresivo.
“Lo importante es que las familias pongan límites a las pantallas para crear espacios y horarios para interacciones en vivo y el cara a cara con los niños. Puede no ser fácil, pero es importante.” dijo la Dra. Radesky.
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