cárcel de aire en que me muevo apenas,
trampa de luz que no parece trampa
y en la que el pie se me quedó—entre cuerdas
de luz también...—bien enlazado.
Cárcel sin carcelero y sin cadenas
donde como mi pan y bebo mi agua
día por día... ¡Mientras allá fuera
se me abren en flor, trémulos, míos
aún, todos los caminos de la tierra!....
No hay comentarios:
Publicar un comentario