viernes, 28 de enero de 2022

"CENSORAS Y CENSORES, NO PASARÁN". Por Carola Martínez Arroyo. Ponencia presentada en eI II Congreso Nacional e internacional de LIJ. Sunchales, Argentina, Año 2019.

El canto tiene sentido, cuando palpita en las venas
del que morirá cantando, las verdades verdaderas.
No las lisonjas fugaces, ni las famas extranjeras.
Si no el canto de una alondra hasta el fondo de la tierra.
Víctor Jara
Debería estar hablando de Matilde y de Nunca Jamás que sale en unos días, pero tengo otras urgencias. Hace unas semanas dos amigas escritoras fueron escrachadas en twitter; una por promover estereotipos enajenantes y machistas y la otra por promover el feminicidio. Las dos son grandes luchadoras por los derechos de las mujeres, las dos no pensaron nunca que estos cuentos pudieran ser leídos de esa manera y las dos terminaron escrachadas en público por otras mujeres que consideran que censurar, atacar y sacar de circulación materiales es algo que puede de alguna forma acabar con el patriarcado.

Hace unas semanas un grupo de “colaboradoras de la biblioteca” de la escuela Taber en Barcelona retiraron el 30% del acervo por considerarlo sexista. Hace una semana, en un cumpleaños familiar, me explicaron que el patriarcado se perpetúa porque las princesas de Disney eran salvadas y esperaban al príncipe azul. Y que hay que abolir los cuentos de princesas.

Hace un mes, una editorial para la que freelanceo dio de baja un proyecto de princesas porque la “actual situación del mercado no era apta para ese tipo de cuentos”. Tuve que explicarle a los nueve autoras (eran 8 mujeres y 1 hombre y ocupo el femenino si es mayoría de mujeres y masculino si es mayoría de hombres) que el proyecto se daba de baja a punto de empezar a ilustrar. Todas me respondieron lo mismo: “Sí, claro, es entendible”.

La idea de esta mesa es hablar sobre los supuestos a la hora de escribir. Y me pregunto, ¿puedo  realmente pensar en la labor del escritor sin pensar en este momento de censura tan cercano a Fahrenheit?

¿Puedo pensar en escribir para niños, niñas y jóvenes si tengo que escribir NIÑOS, NIÑAS y JÓVENES, y tengo que decidir de manera consciente no poner niñes y tengo que decidir no poner niños, con todo lo que esas elecciones implican? ¿Y pensar cada palabra para que nada se malentienda, para que no piensen que soy conservadora, para que no me malinterpreten, para que no me escrachen públicamente, para que no se diga que...?

¿En qué en qué momento dejamos de pensar dialécticamente para convertirnos en estas máquinas de literalidad? ¿En qué momento eso que nos parecía tan peligroso de los conservadores se empezó a reproducir alegremente por legiones de progresistas, que deciden qué se fomenta y qué no, poniendo de manifiesto una forma de sumisión contra la mitad de la humanidad que es anterior a la invención de la imprenta?

¿Cómo es que llegamos a pensar que los libros de princesas vuelven a las nenas sumisas y que los libros donde las princesas rompen los estereotipos vuelven a las niñas empoderadas? Un poco complejo el tema, porque si seguimos esa lógica de pensamiento, si una piba lee Bajo la misma estrella automáticamente se muere de cáncer y si un chico lee Harry Potter va a poder decir Wingardium Leviosá y las cosas van a levitar. CONTINUAR LEYENDO

No hay comentarios:

Publicar un comentario