jueves, 6 de octubre de 2022

"VIETNAM, DESPUÉS DE CADA GUERRA Y PIEDAD ". Tres poemas de Wislawa Szymborska sobre la guerra

VIETNAM

Mujer, ¿cómo te llamas? –No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde vienes? –No sé.
¿Por qué has cavado una madriguera en la tierra? –No sé.
¿Desde cuándo te escondes aquí? –No sé.
¿Por qué me has mordido en el dedo anular? –No sé.
¿Sabes que no te haremos daño? –No sé.
¿De qué lado estás? –No sé.
Es la guerra, has de elegir –No sé.
¿Existe todavía tu aldea? –No sé.
¿Estos son tus hijos? –Sí.

DESPUÉS DE CADA GUERRA…

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

PIEDAD

En el pueblo donde nació el héroe, se puede:
ver el monumento, admirarle por lo grande que es,
espantar dos gallinas en el umbral del museo vacío,
enterarse dónde vive la madre,
llamar, empujar la chirriante puerta.
Se mantiene erguida, pelo liso peinado hacia atrás, mirada clara.
Decir, que una ha venido de Polonia.
Saludar. Preguntar alto y claro.
Sí, le quería mucho. Sí, siempre fue así.
Sí, estuvo entonces junto al muro de la prisión.
Sí, oyó los disparos.
Lástima por no haber traído la grabadora
ni cámara fotográfica. Sí, conoce estos aparatos.
En la radio leyó su última carta.
En la televisión cantó las viejas nanas.
Incluso una vez hizo presentación en un cine, mirando los focos
hasta las lágrimas. Sí, la conmueve que recuerden.
Sí, está un poco cansada. Sí, se le pasará.
Levantarse. Dar las gracias. Despedirse. Salir
Cruzándose en el pasillo con los siguientes turistas.

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