Las huellas del maltrato infantil causado por adultos (básicamente los padres) en las víctimas están ampliamente documentadas: mayor riesgo de sufrir ansiedad, depresión, de abuso de drogas o de intentos de suicidio, además de peores resultados académicos. Pero, ¿qué consecuencias tiene el acoso escolar? ¿Las secuelas que dejan las humillaciones, los insultos, las burlas, la marginación del grupo, los golpes o las vejaciones repetidas por parte de los compañeros son peores que las provocadas por el maltrato en el entorno familiar?
Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry ha tratado de arrojar luz a los efectos de esta modalidad de violencia física, verbal o psicológica entre menores (bullying, en inglés) y concluye que las víctimas de este tipo de agresión son más susceptibles de padecer problemas de salud mental al llegar al final de la adolescencia que las personas vejadas por adultos. En especial, de ansiedad, aunque también (aunque aquí la distancia es más reducida) depresión y tendencia a autolesionarse o a tener ideas suicidas. LEER MÁS
Fuente: elpais.com
¿Y el acoso laboral?
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