sábado, 1 de octubre de 2016

Lo difícil es perdonarse a uno mismo. Matar en nombre de ETA y arrepentirse por amor. Iñaki Rekarte.

Acabo de terminar de leer este libro y me ha dejado impactado. Conocí a Iñaki Rekarte en un seminario organizado por la Fundación Fernando Buesa, dentro de una mesa redonda en la que, junto a Rekarte, participaba Iñaki García Arrizabalaga, cuyo padre fue asesinado por ETA. La mesa estaba moderada por el periodista Gorka Landáburu, otra persona contra la que la organización terrorista atentó por medio de una carta bomba que explotó en sus manos. Entre el público se encontraba también la viuda de Fernando Buesa, Nati, asesinado por ETA en el 2000. Era la primera vez que se llevaba a cabo un acto como este, en la que una víctima y un victimario compartían un espacio público y dialogaban sobre su experiencia como tales en ese ámbito de sufrimiento que viene conformado por la violencia ejercida por unos liberticidas. Aquí podéis ver el vídeo del acto.


Pero si hoy traigo a esta ventana que es este blog es para ,además de recomendar la lectura del testimonio de esa travesía que le llevó a dejar ETA y a arrepentirse de todo el daño causado, es porque en ese libro hay una referencia a la literatura y al poder de la lectura (332).
"En esa época me sentía muy influenciado por los libros que había leído en la cárcel y por las reflexiones que me habían surgido a raíz de ellos. Mis pensamientos habían ido madurando a lo largo de los años. Poco a poco fui aceptando que, a pesar de lo ocurrido, a pesar del daño que había hecho en aquellos breves pero intensos meses de acción armada, a pesar del mal que me había acompañado durante tantos años, tenía que abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar la guardia y extender las manos, como decía una poesía del escritor uruguayo Mario Benedetti.
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo. […]
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,

Me parecía que aquellas palabras estaban escritas especialmente para mí."

No hay comentarios:

Publicar un comentario