Entre sus 30.000 ejemplares hay libros, revistas, 'tebeos de mujeres', carteles, chapas y documentos del Movimiento Feminista. Hablamos con sus fundadoras sobre un proyecto didáctico y necesario para combatir la lacra del machismo en nuestro país.
Cuando las más nostálgicas buscan en internet fotografías de aquellas mujeres que durante los años 60 lucharon por conquistar los derechos que ahora nos resultan fundamentales, la mayoría no imagina que aquellos no solo fueron años fructíferos para los movimientos sociales capitaneados por las minorías en Estados Unidos. En nuestro país, a pesar de que la dictadura dificultaba la puesta en marcha de cualquier proyecto cultural o político –y, mucho menos, de corte progresista–, surgieron propuestas tan necesarias e invisibilizadas por las instituciones como la Biblioteca de Mujeres de Madrid.
En 1985, casi una década después de que el dictador falleciese, Marisa Mediavilla inició un proyecto que llevaba años gestándose entre las filas del Movimiento Feminista. “En esa época las mujeres empezábamos a cuestionarnos determinados comportamientos sociales. Pero necesitábamos información y esta era difícil de localizar en las instituciones públicas.Como yo era bibliotecaria pensé que sería buena idea poner en marcha una Biblioteca de Mujeres para atesorar lo que otras bibliotecas no guardaban y así crear un archivo con lo que generaba el Movimiento Feminista de Madrid”, recuerda Mediavilla.
[...] Aunque cualquier biblioteca es necesaria, esta trasciende el ámbito documental e informativo porque contribuye a eliminar (y hacer más visibles) los comportamientos machistas de nuestra sociedad. Lo desarrolla Robles. “Aquí se conserva nuestra memoria: la historia de las mujeres, nuestra literatura y la teoría feminista. Durante mucho tiempo, estos asuntos se trataban de manera secundaria y muchas veces eran ignorados y silenciados. Sin esa invisibilidad, ese ocultamiento y ese menosprecio, la existencia de esta biblioteca o el feminismo en sí mismo no tendría sentido”. Su cofundadora sostiene que siempre ha existido una corriente negacionista que clama que el patriarcado no existe y que ya hemos alcanzado la igualdad entre hombres y mujeres. “Algunos también dicen que debería fundarse una biblioteca sobre hombres. Sin embargo, estas siempre se han centrado en ellos: en sus libros, sus creaciones y sus intereses”, reivindica Robles. La visibilización del trabajo de las mujeres y su participación en cualquier sociedad y época es la principal finalidad de esteproyecto.
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