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jueves, 18 de julio de 2024

"UN PÁJARO DE AIRE: LA FORMACIÓN DE LOS BILIOTECARIOS Y LA LECTURA EN LA PRIMERA INFANCIA". María Emilia López. Biblioteca Nacional de Colombia. Bogotá, 2015.

¿Qué es leer?, ¿cuándo un niño comienza a leer? Este libro ubica a la lectura en el origen de la relación con la vida: todos los niños leen desde que llegan al mundo, lecturas “emancipatorias” que permiten comenzar a otorgar sentidos a los estímulos infinitos que los rodean. Ese bebé lector de mundo está ávido de palabras, de afecto, de juegos compartidos, de libros y de literatura. ¿Cómo alimentar esa necesidad humana?
 
Partiendo de una experiencia de formación a bibliotecarios durante cuatro años en las bibliotecas públicas de Colombia, la autora analiza los modos en que los niños de 0 a 6 años se apropian de la lectura, la importancia de la oralidad, el valor de los vínculos familiares amorosos, la diversidad de libros, la disponibilidad de los mediadores y, sobre todo, el impacto de una política pública que asume la responsabilidad de crear espacios y condiciones para que todas las familias accedan a experiencias en la biblioteca. En la escritura, recupera bitácoras de trabajo de los bibliotecarios que asistieron a los seminarios de formación y despliega material bibliográfico ofrecido en dichos encuentros, construyendo posibles itinerarios de lectura para quienes están interesados en la formación de mediadores.

“Un pájaro de aire” es una apuesta poética hacia la primera infancia, una invitación al encuentro amoroso entre niños y adultos, una reivindicación del lugar de los más pequeños y sus familias en la sociedad. (Carlos Lomas)

Enlace de lectura y descarga AQUÍ 

jueves, 6 de julio de 2023

"DEMOCRACIA PARA LAS NIÑECES Y ADOLESCENCIAS". Por María Emilia López

¿Qué aportan (o pueden aportar) las bibliotecas a la noción de democracia para la primera infancia? ¿Qué significa democracia en términos de inclusión cuando hablamos de primeros lectores? ¿Qué relaciones existen entre la democracia, la lectura y las interacciones humanas?

Democracia para bebés

Los bebés, mi público favorito, con los que paso horas y horas de lunes a viernes, en una intensa convivencia humana, lúdica y lectora, son los seres más enigmáticos en el plano de la lectura. Sin embargo, durante mucho tiempo fueron invisibles en las bibliotecas, de la misma manera que los libros estaban ausentes de los jardines de niños.

Sin entrar en demasiado detalle, podría decir que los 80 niños y niñas de 45 días de vida a 3 años, a los que acompaño cada año como directora de un centro de educación infantil, se convierten, en esos escasos tres años compartidos, en eximios lectores, en lectores literarios de alto vuelo, en seres metafóricos que hacen del lenguaje verbal una casa propia perfumada y permanente, que los cobija del tumultuoso magma de sentidos en pugna de estos tiempos.

Democracia para bebés, en el plano de la lectura, es hacer que las políticas públicas los registren como seres hambrientos de lengua escrita, de oralidad poética, y provean los insumos materiales y humanos necesarios para que la situación de lectura, de lecturar, acontezca.

No todas las familias tienen acceso a los libros, eso ya lo sabemos, menos aun cuando tu hijo tiene 6 meses y todo urge más que la lectura, “aparentemente”. ¿Por qué señalo y encomillo lo aparente?

Los bebés son básicamente seres de interacción, y en un mundo donde el lenguaje oral se adelgaza, donde los adultos estamos mutando hacia otra formas de interacción que no ponen en juego el cuerpo, la palabra, la gestualidad, y por lo tanto vamos perdiendo ciertas habilidades para la sincronía rostro a rostro, cuerpo a cuerpo, (algo fundamental en las demandas de los bebés), la presencia de los libros y de mediadores que articulen la relación bebé, madre / padre / abuela / maestra y libro resulta fundamental. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 28 de junio de 2023

"LAS BIBLIOTECAS, LUGARES PARA ESCUCHAR, DECIR Y DIALOGAR". Un artículo de Geneviève Patte

La biblioteca es un lugar donde el gesto social de escuchar adquiere su sentido pleno. Con facilidad olvidamos que “decir” sólo adquiere sentido cuando alguien escucha, y que escuchar es una manera de interactuar con otras personas, no simplemente una cuestión de recepción pasiva. Añado, para mí escuchar es tal vez la tarea más interesante del oficio bibliotecario.

Mi deseo de vivir la experiencia de la biblioteca pública para niños y jóvenes nació en la calle. Paseando con un amigo descubría París. Venía de mi provincia, de Poitiers, y todo me parecía interesante. Me encantaba el Barrio Latino, tan lleno de vida. A través de una ventana iluminada presencié una escena que me marcó: un grupo de niños, en una gran sala llena de luz, muy ocupados en sus asuntos. Me sorprendió porque no se parecía a una clase ni a un centro de recreación. No había grupos establecidos y los dos adultos presentes no vigilaban a los niños. Simplemente estaban disponibles para escucharlos y hablar con ellos. Quedé completamente seducida y al día siguiente volví. Quería saber todo sobre este lugar sorprendente. Las dos bibliotecarias, Marguerite Gruny y Mathilde Leriche, se tomaron el tiempo de explicarme en detalle de qué se trataba: ayudar a los niños a vivir personalmente su camino de lector; acompañados y escuchados en la biblioteca, los niños descubrían una vida social inusual. Esto me apasionó y de inmediato tomé la decisión: sería bibliotecaria infantil. Viendo mi entusiasmo, me ofrecieron una larga pasantía. Vi cómo la escucha de unos y otros ocupaba un lugar central en la biblioteca.

Así lo practicamos en La Petite Bibliothèque Ronde, ya no en el centro de París sino en uno de sus suburbios, en Clamart. En los años sesenta, cuando los niños de este barrio popular descubrían la biblioteca, se sorprendían con el recibimiento muy diferente de lo que vivían en las escuelas tradicionales. En la biblioteca, nos dirigíamos a ellos personalmente: eran escuchados y reconocidos en un encuentro personal que los invitaba a expresarse, a decir lo que les gustaba, lo que buscaban, a compartir sus curiosidades. No había tema tabú. Este diálogo nos ayudaba a aconsejarlos eficazmente. Un día, un niño me dijo: “me gusta la biblioteca, porque los bibliotecarios están siempre de pie". Para él eso significaba que estaban disponibles. Los niños estaban en el centro, los bibliotecarios no dudaban en responder en cualquier momento, ya fuera para acompañar a un niño o simplemente para compartir una historia. Lo más importante es que se preocupaban por escucharlos.

Cuando se trataba de ayudarlos a encontrar los libros que les podrían llegar o que les interesaban, la necesidad del diálogo era evidente. Debíamos conocer sus gustos: lo que les apasionaba para así convocar su inteligencia y darles el gusto de conocer. No éramos distribuidores de documentos. No éramos simples cajeras que registraban libros. Para nosotras lo importante era, y sigue siendo, despertar el gusto y el deseo de leer. Ser escuchados era un signo de consideración que los niños apreciaban. Si lo necesitaban, nos acercamos a los estantes de los libros y allí, los aconsejábamos. La delicada y difícil tarea de transmitirles el carácter único de los libros que les estábamos proponiendo era nuestra responsabilidad. Conversar así, tomándonos el tiempo, nos acercaba de manera espléndida a los niños, pero también a las personas que los rodeaban: a los padres, a los abuelos. Charlábamos de manera natural sobre temas o experiencias recientes. Escuchándose unos a otros, surgía una cultura familiar que cada uno disfrutaba. Esta encantadora forma de estar juntos estaba bien presente en la biblioteca. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 1 de abril de 2020

La biblioteca de prisión como factor de transformación de la vida de los internos

Krolak, Lisa (2019). Books beyond bars: the transformative potential of prison libraries. Hamburg: UNESCO Institute for Lifelong Learning. 50 p. ISBN: 978-92-820-1231-4.



Las bibliotecas de prisión han sido, desde hace muchos años, uno de los patitos feos en el campo de la Biblioteconomía. Se trata de un tipo de biblioteca que ha llamado muy poco la atención a los investigadores, como lo demuestra el hecho de que realizando la búsqueda «prison librar*» en cualquier campo de Web of Science se recuperan únicamente 109 resultados, desde 1958 hasta nuestros días. Es por ello que la publicación, el año pasado, de Books beyond bars: the transformative potential of prison libraries es una muy buena noticia para las bibliotecas penitenciarias, y no únicamente para sumar un recurso más a la escasa lista de obras sobre bibliotecas de prisión, sino por el prestigio de la entidad que la ha hecho posible, el UNESCO Institute for Lifelong Learning (UIL), y de su autora, Lisa Krolak, responsable de la biblioteca del UIL y especializada en el papel de las bibliotecas en la alfabetización (ResearchGate, Academia).

El objetivo de Books beyond bars es evidenciar la capacidad que tienen las bibliotecas penitenciarias para transformar la vida de los internos, favoreciendo su rehabilitación social y reduciendo su reincidencia una vez han salido de la prisión. La autora quiera demostrar que la biblioteca de prisión ha de ser parte integrante de la estrategia multidisciplinaria que el centro penitenciario lleve a cabo para cubrir las necesidades educativas, informativas, legales y recreativas de los internos.

Sin embargo, la singularidad del trabajo de Lisa Krolak no recae en los elementos expuestos para justificar la importancia de las bibliotecas de prisión, sino para la ejemplificación de estos elementos con una diversidad de países tan amplia como nunca hasta ahora se había recogido en una publicación. Además de los casos más conocidos de Australia, los Estados Unidos y el Reino Unido, Lisa Krolak pone a disposición del lector experiencias de Alemania, Argelia, Argentina, Brasil, Bulgaria, Chile, Croacia, Ghana, India, Turquía, etc. Países estos que habitualmente no aparecen mencionados en las publicaciones, donde el predominio del mundo anglosajón es abrumador. La autora explica que toda esta información ha sido recogida gracias no solo a un amplio trabajo de investigación, sino también a sus visitas a diversas bibliotecas penitenciarias de diferentes partes del mundo y, sobre todo, a una llamada global a contribuciones a través de la listserv de la IFLA que fue respondida por bibliotecarios y grupos de interés de 38 países diferentes.

La obra se estructura en siete capítulos. Después de un primer capítulo introductorio, Lisa Krolak expone, en el segundo, la importancia de la educación permanente (lifelong learning) para los internos, entendida esta no solo como educación formal, sino también como educación no formal e informal, como por ejemplo, programas de alfabetización, habilidades para la vida, formación profesionalizadora, actividades artísticas, religiosas y culturales, educación física y acceso a las bibliotecas. A continuación (cap. 3), destaca el papel que pueden jugar las bibliotecas penitenciarias para conseguir este objetivo, ya sea facilitando el acceso a material educativo, o bien ofreciendo a los internos un espacio de libertad relajado y seguro. En el cuarto capítulo, Lisa Krolak hace un breve repaso a las políticas y recomendaciones sobre bibliotecas penitenciarias de ámbito nacional, regional e internacional (artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; United Nations standard minimum rules for the treatment of prisoners; European prison rules; normas y recomendaciones nacionales –Australia, Brasil, Bulgaria, Croacia, Estados Unidos, Finlandia, Noruega, Reino Unido, etc.– e internacionales –Public Library manifesto de la IFLA y la UNESCO, Guidelines for library services to prisoners de la IFLA; etc.)

Hasta aquí, la parte de la obra que simplemente reproduce información ya disponible en otras publicaciones. Es en el capítulo quinto donde la autora hace su singular aportación, ilustrando cinco elementos de las políticas y recomendaciones expuestas en el capítulo cuatro con experiencias de, literalmente, todo el mundo. Los cinco elementos analizados son:
  • La relación de la biblioteca penitenciaria con la red de bibliotecas públicas (5.1).
  • El perfil y el rol del bibliotecario (5.2). 
  • La política de colección (5.3).
  • El uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (5.4).
  • Los servicios de extensión (outreach services) y las actividades de alfabetización (5.5).
En cada elemento se sigue el mismo patrón. Primero se expone lo que debería ser y después se analiza de manera comparativa cómo se está aplicando este elemento en diferentes países del mundo.
La obra finaliza con un sexto capítulo a modo de conclusión donde Lisa Krolak sintetiza en cinco recomendaciones los principios rectores que deberían tener en cuenta todos los responsables de sistemas bibliotecarios de prisión:
  1. Las bibliotecas penitenciarias deberían seguir el modelo de biblioteca utilizado por las bibliotecas de fuera de la prisión.
  2. Las bibliotecas penitenciarias deberían ser una parte esencial de las regulaciones políticas y de las redes.
  3. Las bibliotecas penitenciarias deben ser gestionadas por personal formado y con acceso a recursos suficientes.
  4. Las bibliotecas penitenciarias deberían contribuir a un entorno de alfabetización que motive a los internos a desarrollar, mejorar y consolidar las habilidades de alfabetización.
  5. Las bibliotecas penitenciarias deberían utilizar sus materiales i espacios para ofrecer actividades de alfabetización.
Finalmente (cap. 7), la obra ofrece al lector una amplia (seis páginas) y variada bibliografía que constituye una muestra más de la orientación internacional de la publicación.

Así pues, estamos ante una obra original, fácil de leer gracias a la gran cantidad de experiencias que incluye, de interés para todas aquellas personas relacionadas con las bibliotecas de prisión (investigadores, bibliotecarios, gestores, etc.)

Fuente:
  
Reseñas de Biblioteconomía y Documentación




miércoles, 21 de febrero de 2018

LA PARTICIPACIÓ CIUTADANA EN LA CREACIÓ I/O MILLORA DE LES BIBLIOTEQUES PÚBLIQUES. Diputació de Barcelona.


Document que identifica les principals fases, agents i condicionants del procés que han de considerar els responsables de biblioteques que vulguin incorporar la participació ciutadana en la creació i millora del seu equipament.

viernes, 21 de julio de 2017

La Biblioteca de Mujeres de Madrid de la que nadie habla. Un artículo de Alexandra Lores publicado en El País.


Entre sus 30.000 ejemplares hay libros, revistas, 'tebeos de mujeres', carteles, chapas y documentos del Movimiento Feminista. Hablamos con sus fundadoras sobre un proyecto didáctico y necesario para combatir la lacra del machismo en nuestro país.


Cuando las más nostálgicas buscan en internet fotografías de aquellas mujeres que durante los años 60 lucharon por conquistar los derechos que ahora nos resultan fundamentales, la mayoría no imagina que aquellos no solo fueron años fructíferos para los movimientos sociales capitaneados por las minorías en Estados Unidos. En nuestro país, a pesar de que la dictadura dificultaba la puesta en marcha de cualquier proyecto cultural o político –y, mucho menos, de corte progresista–, surgieron propuestas tan necesarias e invisibilizadas por las instituciones como la Biblioteca de Mujeres de Madrid.

En 1985, casi una década después de que el dictador falleciese, Marisa Mediavilla inició un proyecto que llevaba años gestándose entre las filas del Movimiento Feminista. “En esa época las mujeres empezábamos a cuestionarnos determinados comportamientos sociales. Pero necesitábamos información y esta era difícil de localizar en las instituciones públicas.Como yo era bibliotecaria pensé que sería buena idea poner en marcha una Biblioteca de Mujeres para atesorar lo que otras bibliotecas no guardaban y así crear un archivo con lo que generaba el Movimiento Feminista de Madrid”, recuerda Mediavilla.

[...] Aunque cualquier biblioteca es necesaria, esta trasciende el ámbito documental e informativo porque contribuye a eliminar (y hacer más visibles) los comportamientos machistas de nuestra sociedad. Lo desarrolla Robles. “Aquí se conserva nuestra memoria: la historia de las mujeres, nuestra literatura y la teoría feminista. Durante mucho tiempo, estos asuntos se trataban de manera secundaria y muchas veces eran ignorados y silenciados. Sin esa invisibilidad, ese ocultamiento y ese menosprecio, la existencia de esta biblioteca o el feminismo en sí mismo no tendría sentido”. Su cofundadora sostiene que siempre ha existido una corriente negacionista que clama que el patriarcado no existe y que ya hemos alcanzado la igualdad entre hombres y mujeres. “Algunos también dicen que debería fundarse una biblioteca sobre hombres. Sin embargo, estas siempre se han centrado en ellos: en sus libros, sus creaciones y sus intereses”, reivindica Robles. La visibilización del trabajo de las mujeres y su participación en cualquier sociedad y época es la principal finalidad de esteproyecto.


viernes, 12 de agosto de 2016

Lectura para escapar de la guerra: así es la biblioteca secreta subterránea de Siria.

Abdulbaset Alahmar, fanático de Hamlet, es uno de los visitantes
de la biblioteca que funciona en un sótano.
Cuando un lugar ha estado sitiado por años y el hambre ronda las calles, se puede pensar que la gente tiene poco interés en libros.

Pero unos entusiastas de la lectura han armado una biblioteca subterránea en Siria, con libros rescatados de edificios bombardeados y los usuarios esquivan las balas para visitarla.

Bajando un tramo de escalones empinados, en la medida que es posible evadir bombardeos y las balas de los francotiradores en la superficie, se encuentra la biblioteca en una habitación grande pero poco iluminada.

La "pequeña guerra mundial" que desgarra a Siria

El lugar está enterrado bajo un edificio bombardeado. Esta biblioteca secreta ofrece aprendizaje, esperanza e inspiración a muchos en el distrito sitiado de Darayya, en Damasco, capital de Siria.

"Vimos que era vital crear una biblioteca para continuar nuestra educación. La pusimos en el sótano para evitar que fuera destruida por bombardeos como muchos otros edificios aquí", dice Anas Ahmad, un ex estudiante de ingeniería civil y uno de los fundadores.

La ocupación de Darayya por el gobierno y las fuerzas pro Bashar al Assad comenzó hace casi cuatro años. Desde entonces, Anas y otros voluntarios, muchos de ellos también exestudiantes cuyas carreras fueron interrumpidas por la guerra, han reunido más de 14.000 libros sobre casi cualquier tema imaginable.

Búsqueda peligrosa

En el mismo periodo, han muerto más de 2.000 personas, muchas de ellas civiles. Pero esto no ha impedido que Anas y sus amigos recorran las calles devastadas para encontrar más material para llenar los estantes de la biblioteca. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: bbc.com

lunes, 14 de diciembre de 2015

"Cuando nace un monstruo" (3º de Primaria). Sesión de animación a la lectura. Biblioteca del C.P. La paz de Albacete

Eva Leal, además de buena amiga, es una persona terriblemente implicada con la lectura dentro y fuera de su centro educativo. Ella nos ha dejado los videos de la sesión de animación a la lectura que realizadon Lourdes y ella a finales del curso pasado en la biblioteca. El primer vídeo corresponde a la lectura del álbum ilustrado y el segundo a la posterior creación de su propia versión del cuento siguiendo la técnica de Gianni Rodari de reinventa el texto.



domingo, 1 de noviembre de 2015

"Sabemos que los niños no vendrán espontáneamente a la biblioteca". Geneviève Patte

Uno de los dolores de cabeza de padres, apoderados, profesores, bibliotecarios y otros es convencer a los niños y jóvenes para que lean. Y es precisamente en ese ámbito donde destaca la francesa Geneviève Patte.

Esta licenciada en alemán y diploma superior en París de Bibliotecaria, con pasantías en Múnich y la Biblioteca Pública de Nueva York, dirigió durante 35 años la asociación La Joie par les Livres, responsable de la creación de la Revue des Livres pour Enfants, que contribuyó al desarrollo de las bibliotecas para niños y jóvenes en Francia.

Es conocida mundialmente como "la mujer del canasto", debido a que al hacerse cargo de la biblioteca de Clamart se dio cuenta que si bien contaban con todos los recursos necesarios del Estado, además de una buena cantidad de libros, las personas no se acercaban al recinto. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: El Mercurio de Valparaiso

lunes, 14 de septiembre de 2015

La lectura, íntima y compartida. Una interesante conferencia de Michéle Petit que nos hará reflexionar sobre la lectura como medio para salir de la marginación.

En esta conferencia Michéle Petit (Antropóloga, Laboratorio LADYSS, Centre National de la Recherche Scientifique/Université Paris) nos hace ver la importancia de la lectura, es decir, de las bibliotecas y de las personas mediadoras, en la creación de nuevos espacios que ayuden a salir de la marginación. Veamos aquí alguno de los testimonios que aparecen en el texto y que son parte de las investigaciones llevadas a cabo por la autora; porque es a través de estos y otros testimonios como Michéle Petit va construyendo su discurso acerca de la lectura, algo que también podemos hacer nosotros.

Beatriz Helena Robledo comenta: «Una biblioteca o una colección de libros tiene mucho que hacer en una población marginada. (…) Muchísimo más que brindar información o apoyar la educación formal. Para ciudadanos en condiciones medianamente normales de desarrollo, un libro puede ser una puerta más que se abre, en cambio, para aquellos que por circunstancias de la vida han sido despojados de sus derechos fundamentales, o de sus mínimas condiciones humanas, un libro es quizás la única puerta que puede permitirles atravesar el umbral y saltar al otro lado.»

Se llama Daoud, es de origen senegalés, y tiene unos veinte años al momento de la entrevista: "Cuando se vive en los suburbios, está uno destinado a tener malos estudios, a tener un trabajo asqueroso. Hay un montón de cosas que te hacen ir en cierta dirección. Yo me pude zafar de eso, ser anticonformista, ir para otro lado, y ese es mi lugar... (Los “vagos”) hacen lo que la sociedad espera que hagan, y nada más. Son violentos, son vulgares, son incultos. Dicen: "Yo vivo en los suburbios, entonces yo soy así", y yo fuí como ellos. El hecho de tener bibliotecas como ésta

me permitió entrar, venir, encontrarme con otra gente. Una biblioteca sirve para eso... Yo elegí mi vida y ellos no."

Escuchemos otra vez a Daoud evocando la biblioteca de un gran museo de ciencias y técnicas:

«En la Ciudad de las Ciencias quitaron todos los libros de ciencia-ficción, los muy imbéciles, porque decían que no era científico. Es completamente aberrante, ¿ cómo quieren que los jóvenes se acostumbren a la imaginación científica, que quieran construir robots, si no tienen libros que les hablen de algo ficticio ? Estoy seguro de que hay obras como la de Jules Verne que han inspirado cientos de carreras científicas, o de ingeniería. Uno se hace a través del sueño, no es abriendo un libro de matemáticas con formulas científicas que se va a convertir en científico. No, es leyendo El gran capitán Nemo, su submarino luchando contra un platillo volante, eso es lo que hace que la imaginación se despierte. Y no suprimiéndolo porque dicen que no es científico o no es serio.»


O escuchemos a Ridha, otro chico encontrado en un barrio marginado: «Lo que a mí me gustaría, es que el bibliotecario tuviera tiempo para dedicarse a lo que es del orden de la vida, a todo lo que se refiere a la vida (…) Más que ser un guardián de libros, ser una especie de mago que nos llevara hasta los libros, que nos condujese a otros mundos… Enseñar al niño a sentir lo que puede encontrar de maravilloso en ese pequeño formato, ese pequeño volumen. Esas cosas tienen un vínculo profundo más tarde con su vida de adulto (…) Leer historias simplemente, mostrar que se puede soñar y que hay salidas, que no todo esta inmóvil. Que uno inventa su vida, que es posible inventarse la vida. Y que para inventar la vida tal vez debe tener antes materia propia, que sea necesario haber soñado para poder crear.».


miércoles, 9 de septiembre de 2015

La biblioteca de Valdegovia, un pueblecito de Alava




Me escribe unas emocionante palabras Valentín, bibliotecario de un pueblo de Alava: Valdegovia.

"Este año aquí en Valdegovía vamos a llevar a cabo un nuevo proyecto de lecturas dialógicas con personas mayores y con niños. Estamos ilusionados y con ganas de empezar. Ahora estoy con todos los temas y actividades de la Biblioteca para el nuevo curso, empezaremos en octubre. Sigo recordando nuestros encuentros en la escuela de Valdegovia, donde nos enseñaste todo esto y de cuando fui a Gazteiz a pedirte material para aprender castellano para una señora extremeña que quería aprender a leer y escribir; decirte que cuando esta señora me entregó la ficha para hacerse el carnet de la biblioteca y me pidió un libro para leer fue uno de los momentos que más alegría me ha dado mi trabajo."

¡¡¡GRACIAS VALENTÍN!!!