QUISIERA hablar con esta foto mía al lado del piano,
al niño de once años de cachetes rosados
decirle no hace falta tomarse tan a pecho
los juegos con los primos,
ni imitarlos acribillando con ladrillos
las dalias del vecino
no para divertirte
sino para sentirte de verdad como uno más.
¿De verdad como uno más?
Decirle deja que se vayan
y con ellos las dianas que golpean,
y regresa tranquilo a tus dibujos
tus mapas mudos,
ganarás tú. Vas a sufrir.
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