Mi padre me llamó y me pidió que eligiera
una juguete, sólo uno, que me gustara mucho; y
que separara otro juguete para Aylan, que
todavía no sabía elegir; pero sólo uno, y tenía que
ser pequeño. Mi padre me explicó que esa
noche haría de todo casi nada en un bulto
ligero; porque así, después de que Aylan y yo
nos durmiéramos, él y mi madre podrían llevarnos
en brazos y no quedarse atrás. Había lágrimas en los ojos
de mi padre cuando contó que, a la mañana siguiente,
tendríamos que dejar nuestra tierra; pero pronto se
recompuso, diciendo que Kobanî ya no era del todo
nuestra tierra, que nuestra casa era la ruina de
nuestra casa, que toda Siria no era más que un tímpano
exhausto de tanto estruendo y dos ojos cansados,
pero tan cansados, de llamas y sangre. Mi padre
creía que Aylan era demasiado pequeño para
comprender y, por lo tanto, sólo le había dicho que
iríamos a dar un paseo en barco, que pasaríamos
el día en una playa y que, mientras yo y mi madre
nadábamos en el mar hasta quedar sin aliento, él
podía simplemente acostarse boca abajo en la arena,
como tanto le gustaba. Mi padre nunca nos mintió.
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario