Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar,
sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco
pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas,
estrellas ni pájaros.
Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas
ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La
hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada
de la cárcel.
El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles
no están prohibidos, y el dibujo pasa. Didaskó le elogia la obra y le pregunta
por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles,
muchos pequeños círculos entre las ramas:
–¿Son naranjas? ¿Qué frutas son?
La niña lo hace callar:
–Ssshhhh.
Y en secreto le explica:
–Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
FIN
bellisimo siempre
ResponderEliminarhola quisiera saber que subgénero es este cuento ? pájaros prohibidos
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