domingo, 6 de mayo de 2018

"Strange Fruit (Extraña fruta)". Billie Holiday.Voz negra.


La empresa Columbia se negó a grabar esa canción, y el autor tuvo que firmar con otro nombre. Pero cuando Billie Holiday cantó Strange Fruit, cayeron las barreras de la censura y el miedo. Ella cantó con los ojos cerrados y la canción fue un himno religioso por obra y gracia de esa voz nacida para cantarlo, y desde entonces cada negro linchado pasó a ser mucho más que un extraño fruto colgado de un árbol pudriéndose al sol. 

Billie,
la que a los catorce años lograba el milagro del silencio en los ruidosos puteros de Harlem donde cambiaba música por comida,
la que bajo la falda escondía una navaja,
la que no supo defenderse de las palizas de sus amantes y sus maridos,
la que vivió presa de las drogas y de la cárcel,
la que tenía el cuerpo hecho un mapa de pinchazos y cicatrices,
la que siempre cantaba como nunca.

Eduardo Galeano - Espejos. Una historia casi universal.


Letra de la canción en español

De los árboles del sur cuelga una fruta extraña,
Sangre en las hojas y sangre en la raíz,
Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur,
Extraña fruta que cuelga de los álamos.

Escena pastoral del galante sur,
Los ojos saltones y la boca torcida,
Aroma de las magnolias, dulce y fresco,
y el repentino olor a carne quemada.

Aquí está la fruta para que la arranquen los cuervos ,
Para que la lluvia la tome, para que el viento la aspire,
Para que el sol la pudra,para que los árboles la suelten,
Esta es una extraña y amarga cosecha.


La letra de la canción se refiere a una extraña fruta que pende de un árbol y que en realidad es el cuerpo de un negro que ha sido ahorcado impunemente, aunque nunca se habla de linchamiento. Fue concebida como una denuncia del racismo que prevalecía en Estados Unidos y se convirtió en un emblema del movimiento por los derechos civiles. Después de Billie Holiday, otros vocalistas de jazz siguieron su ejemplo, pero ninguna versión causaría tanta conmoción como la suya. No está de más recordar que, debido al color de su piel, la cantante sufrió reiteradas afrentas y humillaciones. De ahí que cantar “Strange fruit” fuera considerado un acto de provocación.

“Los árboles sureños dan frutas extrañas, sangre en las hojas y sangre en la raíz, cuerpos negros que se balancean con la brisa del sur, frutas extrañas que cuelgan de los álamos”, reza la primera estrofa de este tema controversial que, pese a la creencia popular, no fue compuesto por Billie Holiday. Ella sembró la confusión cuando, en sus memorias, insinuó que había participado en la musicalización del texto original. Pero la verdad es otra. “Strange fruit” era un poema de un profesor de secundaria del Bronx, Abel Meeropol, quien lo publicó bajo el seudónimo de Lewis Allan en un periódico sindical en 1937 y, más adelante, le puso música. Según reveló, decidió escribirlo a raíz del impacto que le produjo la fotografía de un linchamiento. Cuando la composición emergió como una canción de protesta, Billie Holiday se entusiasmó y la estrenó en el Cafe Society de Nueva York una noche de 1939, lo que suscitó un tremendo alboroto.


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