-"Eres mi único hijo, gastaré el dinero que he ganado con el sudor de mi frente en tu educación; y si aprendes un poco de comercio honesto podrás apoyarme en mi vejez, cuando mis miembros se hayan puesto tiesos y me sienta obligado a quedarme en casa."-
Entonces el muchacho fue a una Escuela Secundaria y aprendió diligentemente de modo que sus maestros lo elogiaran, y permaneció allí mucho tiempo. Cuando ya había hecho dos cursos, pero no era todavía todavía perfecto en todo, el pequeño ahorro que el padre había ganado se había gastado, y el muchacho tuvo que regresar a casa. CONTINUAR LEYENDO
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