No hace mucho terminamos de leer en la Tertulia Literaria de la prisión "Apología de Sócrates", una obra de Platón. En ella el autor da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis.
La verdad es que tenía mis dudas acerca de cómo iba a ser acogida esta obra en la Tertulia, dado que, en general, Platón se mueve en un entorno filosófico más que literario, aunque no pueda decirse que ambos se excluyan. En fin, que mis expectativas, a pesar de lo que digo en mis charlas, no eran en este caso altas.
Y claro, me equivoqué. La verdad es que alguno de los tertulianos me manifestó que al ver la obra pensó: "a ver qué nos trae esta vez Miguel". Pero la misma persona me dijo al acabarla que le había encantado. En principio teníamos pensado dedicarle una sesión, pero no fue suficiente, Tuvimos que añadir otra. En esas sesiones nos llamó la atención la defensa que hace Sócrates de la sabiduría como virtud y, sobre todo, la coherencia de la que hace gala. Coherencia que le llevará a ser condenado a muerte. Visto esto, y dado que el libro también traía el Diálogo de Critón, acordamos leerlo. Así que en la siguiente sesión nos vimos debatiendo sobre el discurso que hace Sócrates sobre las leyes haciendo ver a su amigo Critón, que le propone escaparse de la cárcel, que no sería coherente con su filosofía de vida el no afrontar las consecuencias de su pensamiento. Para finalizar, os pongo la parte final de la Apología que fue marcada y comentada por una de las tertulianas.
"Pero sólo os pido una cosa: que cuando mis hijos sean mayores, les importunéis y les exhortéis como he hecho yo con vosotros. Y si veis que se preocupan más por las riquezas o por cualquier otra cosa antes que por la virtud, o creen ser algo sin serlo, reprochádselo como he hecho yo con vosotros y decidles que olvidan lo principal y que se creen algo cuando no son nada. Si obráis así, mis hijos y yo habremos recibido de vosotros un pago justo.
Pero ha llegado el momento de marcharnos, yo a morir, vosotros a vivir. Nadie sabe con claridad cuál de las dos cosas es mejor, excepto quizá el dios".
Leyendo esto ¿Quién se queda ahora sin leer "Apología de Sócrates"? ¡Cuánta belleza en las palabras! Como diría el maestro A. Machado...Ni mármol duro y eterno / ni música ni pintura /sino palabra en el tiempo.
ResponderEliminarGracias Miguel!!
Mª Pía