domingo, 10 de marzo de 2019

La mala reputación. Una canción de Georges Brassens adaptada por Paco Ibáñez


En mi pueblo sin pretensión
tengo mala reputación,
haga lo que haga es igual
todo lo consideran mal.
Yo no pienso pues hacer ningún daño
queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
No, a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
salvo los ciegos es natural.
Cuando la fiesta nacional
yo me quedo en la cama igual,
que la música militar
nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
que el de no seguir al abanderado
No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
salvo los mancos, quiero y no puedo.
Si en la calle corre un ladrón
y a la zaga va un ricachón
zancadilla pongo al señor
y aplastado el perseguidor.
Eso sí que sí que será una lata
siempre tengo yo que meter la pata.
No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
Todos tras de mí a correr
salvo los cojos, es de creer.
No hace falta saber latín
yo ya se cual será mi fin,
en el pueblo se empieza a oír,
muerte, muerte al villano vil.
Yo no pienso pues armar ningún lío
con que no va a Roma el camino mío.

No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.
No a la gente no gusta que
uno tenga su propia fe.

Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos, es natural.


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