El pasado jueves cerramos por este curso la Tertulia Literaria de la prisión. Fue un acto muy especial en el que recordamos los 19 años que llevamos haciendo esta Actuación Educativa que, pese a quien le pese, sigue siendo de Éxito. Y digo que fue especial porque tuvo todo el ambiente de una celebración. Y si no véase el documento gráfico que acompaña esta entrada. Otra nota que le daba ese carácter de celebración era la de mi jubilación, que llevaré a cabo en menos de dos meses. Lo que no quiere decir que la Tertulia vaya a desaparecer, sino que cambiará en algunos aspectos. Quizás lo más significativo sea que serán los propios tertulianos los que la gestionarán completamente, quedando mi papel en un mero apoyo a esa labor; aunque siempre que pueda estaré de cuerpo presente.
En esta última sesión recordamos algunas de las anécdotas más significativas y volvimos a hablar del papel que ha tenido en nuestra existencia esta lectura compartida. En esto tuvimos ventaja Montse, la profesora, y yo, ya que llevamos en ella desde su inicio. Recordamos, por ejemplo, la primera reunión en la que Montse convocó a seis internos para que yo les explicara lo que era una Tertulia a fin de tratar de convencerles de la bondad de la misma. Me acuerdo que cuando estuve ante ellos les hablé con el corazón en la mano cuando les dije que les venía a vender una moto que no sabía muy bien cómo funcionaba. La verdad es que fueron muy amables y dijeron que adelante. Y no sé si será por lo de la moto, pero el primer libro que compartimos fue Dios vuelve en una Harley, de Joan Brady, y resultó bastante bien. Luego vinieron, los Kafka. Aristófanes, Shakespeare, Sófocles, Platón, Miller, Ibsen, Matute, Woolf, Cervantes, etc. El último que hemos leído ha sido Adiós muchachos, de Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, en el que nos cuenta su vivencia de la revolución sandinista en Nicaragua.
También les comenté que esta Tertulia Literaria había sido la madre de todas las Tertulias, ya que con lo que había aprendido allí, las inicié en Secundaria y luego en Primaria. Fueron, a pesar de lo que se diga por ahí y de lo que aparece en una tesis doctoral, las primeras Tertulias Literarias Dialógicas en esas etapas y a esas edades.
En recuerdo de los jueves y los libros con el viejo profesor |
Finalmente, les di las gracias por todo lo que me habían aportado los allí presentes y los que habían ido pasando por la Tertulia -alrededor de 200- ya que esta actividad ha sido una de las que más sentido ha dado a mi vida persona y profesional. Tanto que no podría entender mi existencia sin ella.
¡¡¡GRACIAS DE CORAZÓN - ESKERRIK ASKO BIHOTZEZ!!!
Zorionak Miguel, y enhorabuena por tu legado... no pocos recordarán siempre ese espacio de libertad (condicionada a la literatura) gracias a tí.
ResponderEliminarYo guardaré como un tesoro el privilegio de haber podido asistir a Zaballa de tu mano, a romper un mito y conocer otra realidad.
Zorte on y a disfrutar del merecido descanso (aunque aquí me apuesto 5 a que tu inquietud vital/ intelectual no te va a permitir parar).