Muchos esfuerzos se han hecho por la promoción de la lectura en Colombia; decenas de mujeres y hombres viajan a lomo de mula, en lancha o en buses a bibliotecas apartadas de nuestra geografía para hacer crecer los trabajos en lectura y escritura. Pero quizá el reto sea más grande hoy y las bibliotecas estén llamadas a ser las protagonistas de la sostenibilidad de la paz que viene.
Lejos de plantear una visión idílica, las bibliotecas son fundamentales en el engranaje de lo que será la paz. En las bibliotecas se pueden sentar las comunidades a pensar y a crear los proyectos sobre territorio, memoria y patrimonio consignados en el acuerdo; se pueden articular los medios comunitarios de comunicación como canales de televisión o emisoras de radio presentes en ese mismo documento; pueden ser escenarios neutrales de paz para dirimir conflictos y escenario para una pedagogía intensiva del acuerdo; en fin, las bibliotecas, como pocas instituciones sociales del Estado, podrían ser los grandes centros de encuentro y conocimiento que han sido en otras sociedades.
Fuente: revistaarcadia.com
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