El miércoles pasado asistí al XVII In Memorian por Fernando Buesa Blanco y Jorge Díaz Elorza, su escolta. Ambos fueron asesinados por ETA en Vitoria el 22 de febrero de 2000. Recuerdo muy bien lo que sentí cuando escuché la noticia en la radio mientras regresaba de Bilbao: rabia, dolor, incomprensión, deseos de venganza, gritos apagados unos y otros no tanto, desesperanza, esperanza, ganas de actuar, vacío... Recuerdo también los días que siguieron al asesinato y, fundamentalmente, la actitud cobarde e inhumana de los dirigentes y militantes del PNV, encabezados por sus máximos dirigentes y el Lehendakari Ibarretxe, en el funeral, en el Parlamenteo Vasco y, sobre todo, en la manifestación organizada para repudiar el asesinato.
Han pasado 17 años y en ese tiempo se han ido acrisolando aquellos sentimientos que desbordaron mi alma. En ese tiempo me incorporé como patrono a la Fundación Fernando Buesa y, desde ahí, he pretendido colaborar en algo en lo que Fernando insistía constantemente: "El valor de la palabra frente a la barbarie".
El pasado miércoles tuve la ocasión de volver a escuchar a Sara Buesa, hija de Fernando, en un mensaje lleno de cordura, de firmeza, de compromiso, de sentimientos positivos, de cariño, de solidaridad... en una palabra: de humanidad. También pude escuchar a Iñaki García Arrizabalaga, hijo de otro asesinado por ETA, reflexionado sobre la sociedad vasca y el papel de la Memoria en la misma. Aquí os dejo las intervenciones de ambos para que, si queréis, las escuchéis. Vais a ganar mucho.Y una pequeña confesión: no fui capaz de hacer el nudo.
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