Son libro-juegos o juego-libros, es difícil decidirse por el orden, pero los tres comparten que vienen en caja, con las páginas sueltas para poder barajarlas al azar u ordenarlas con el criterio que apetezca a los lectores / jugadores. Cada uno de nuestros títulos es una invitación a explorar y reflexionar sobre un gran tema filosófico (la identidad -quién somos y qué somos- en el caso de Yo, persona; la crueldad en el caso de Mundo cruel, y la libertad en el caso de Lo que tú quieras). Son juegos que invitan a pararse a pensar, a solas o en compañía, pero concibiendo “pensar” como una posible actividad a la que uno puede dedicarse un rato.
Es importante porque la filosofía es la base de la curiosidad; pone orden y le da rigor a la curiosidad. Es esencial como base o trampolín a la curiosidad en otras asignaturas. Me parece importante promover una actitud filosófica hacia el mundo que, por ende, lo es también hacia las asignaturas. Es una actitud crítica y cuestionadora
Hay muchas maneras de fomentar un espíritu crítico, que al fin y al cabo no es otra cosa que hacer consciente a los niños de que son sujetos e interlocutores reales en el mundo. Que tienen el derecho y la obligación de reaccionar ante el mundo con su propio camino de reflexión, sin adoptar sin más el camino que nos viene dado. Leer prensa, analizar publicidad, cuestionar ciertas verdades dadas y buscar la base científica o de razonamiento detrás de las ideas se puede llevar a muchas de las asignaturas. Sobre todo, creo que debe ser algo transversal. Una actitud hacia el mundo, para desarrollar un criterio de qué información es fiable y cuál podría no serlo, de qué postura es respetable y cuál se cae por no tener donde apoyarse.
Un recurso muy interesante, y muy accesible para todos, es la buena literatura. No la literatura ejemplarizante ni que contenga lecciones, ni la que “sirva para trabajar” según qué tema. Sino la literatura que cuente buenas historias sobre personajes complejos, ideas ricas y trayectos interesantes, literatura que muestre nuestro mundo desde otros puntos de vista, o bien otros mundos posibles que nos hagan reflexionar sobre la realidad del nuestro.
Hay un recurso estupendo desde el que se plantean dilemas morales para reflexionar sobre ellos. Está realizado por un equipo de personas especializadas en la práctica de filosofía para niños y dirigido más a secundaria, pero muchos de los dilemas son también muy adaptables a niveles de primaria. Con frecuencia, la educación en valores se realiza desde un intento de inculcar determinados valores desde el ejemplo o la condena. Y es justamente en la reflexión sobre los casos más difíciles o menos claros en cuanto a qué deberíamos hacer donde realmente surge una reflexión genuina, una educación real sobre la complejidad del mundo y una formación más significante en valores.
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