El juego de pintar
En la paupérrima Francia de posguerra, un joven Arno Stern, cuya ascendencia judía le hizo conocer la persecución, comenzó a trabajar con niños en un orfanato: su misión era entretenerlos y usó el papel y pintura. Con los años creó su famoso Closlieu, un espacio en el que pintar es otra cosa y que le llevó a realizar múltiples investigaciones que lo han convertido en una de las grandes figuras de la investigación pedagógica de la expresión graficoplástica, demostrando que el trazo es universal: todos, con independencia de nuestro entorno cultural, representamos las mismas figuras primarias. En 1986 creó el Instituto para Investigación de la Semiología de la Expresión. Ha ofrecido una conferencia en CaixaForum.
Fuente: lavanguardia.com
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