Hacía tiempo, desdeaquella entrada de noviembre, El Príncipe entre rejas, que no había escrito nada acerca de la tertulia de la prisión. Pues bien, después del libro de Darío Fo, Muerte accidental de un anarquista, comenzamos a leer uno de Agustín Fernández Paz, Lo único que queda es el amor.
Este es un texto compuesto por diferentes cuentos que el autor ha reunido en
torno a la temática que da título al libro. El autor, recientemente
fallecido, es un referente dentro de la literatura infantil y juvenil. Esta clasificación de la literatura por edades siempre resulta artifcial, ya que la buena literatura no tiene edad. Son las editoriales las que la realizan con la finalidad de orientar, dicen, aunque para mí lo que subyace detrás de ella es la cuestión de las ventas.
En nuestro caso el libro nos ha gustado mucho. Hemos disfrutado con él y hemos compartido desde diferentes miradas lo que es para nosotros y nosotras el amor, miradas que en muchas ocasiones se han llenado de bellos recuerdos y de tiernas ausencias. Un compartir que, como en otras ocasiones ha sido mediado y motivado por la literatura. Además, este es un libro que se lee con facilidad y que en algunos relatos alcanza una profundidad interesante.
En nuestro caso el libro nos ha gustado mucho. Hemos disfrutado con él y hemos compartido desde diferentes miradas lo que es para nosotros y nosotras el amor, miradas que en muchas ocasiones se han llenado de bellos recuerdos y de tiernas ausencias. Un compartir que, como en otras ocasiones ha sido mediado y motivado por la literatura. Además, este es un libro que se lee con facilidad y que en algunos relatos alcanza una profundidad interesante.
Si queréis, podéis acceder a dos de los relatos que aparecen en el libro y una entrevista con el autor.
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