Tenemos una literatura para niños
demasiado rutinaria: los mensajes, los valores, ahora las emociones... inundan cantidad de libros y, me temo,
contribuyen a que los niños encuentren libros que les invitan a seguir, tic,
tac, el movimiento repetitivo y predecible de algo que sabemos por dónde va y
dónde terminará. Imaginemos un péndulo: izquierda, derecha, izquierda, derecha. ¿Ya han adivinado por qué
es usado por los hipnotizadores? Bien.
Es lo que llamaríamos una realidad preescrita; el cerebro baja la guardia y
deja de hacer una de las cosas que hace tan bien: imaginar. La realidad, y lo
que es peor, la experiencia de la lectura con estos libros, se reduce a un
péndulo. Y es verdad, el mundo responde también a este hábito. Pero somos
muchos los que pensamos que el cerebro está bien cuando se emociona y se
sorprende. Como diría mi querido Tomi Ungerer: Expect the Unexpected. Por eso me gustaría hablar de dos libros
que proponen lo de caos para romper la dinámica normal. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: anatarambana.blogspot.com.es/
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