Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones del mundo que nadie sabe cuál es
(y si supieran cuál es, ¿qué sabrían?).
Das al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real; imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas por debajo de las piedras y de los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres.
Con el destino conduciendo la carroza de todo por el camino de nada.
Estoy ahora vencido, como si supiera la verdad.
estoy ahora lúcido, como si estuviera para morirme,
y no tuviera más hermandad con las cosas
sino una despedida, como si se volviera esta casa y este lado de la calle.
La hilera de vagones de un tren, y una partida pitada
desde adentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos en la ida. CONTINUAR LEYENDO
de mi cuarto de uno de los millones del mundo que nadie sabe cuál es
(y si supieran cuál es, ¿qué sabrían?).
Das al misterio de una calle cruzada constantemente por gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real; imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas por debajo de las piedras y de los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres.
Con el destino conduciendo la carroza de todo por el camino de nada.
Estoy ahora vencido, como si supiera la verdad.
estoy ahora lúcido, como si estuviera para morirme,
y no tuviera más hermandad con las cosas
sino una despedida, como si se volviera esta casa y este lado de la calle.
La hilera de vagones de un tren, y una partida pitada
desde adentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos en la ida. CONTINUAR LEYENDO
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