domingo, 19 de abril de 2015

SIMBAD EL MARINO Y SIMBAD EL CARGADOR (Las mil y una noches)

"Hay muchos cuentos en los que los aspectos dispares de una personalidad se proyectan en diferentes personajes como ocurre en una de las historias de Las mil y una noches, "Simbad el Marino y Simbad el cargador", que muy a menudo se conoce, simplemente, por "Simbad el Marino" o, algunas veces, como "Los viajes de Simbad". Este relato nos muestra lo poco que comprenden de lo que es esencial en una historia los que la privan de su título original. Los nombres cambiados ponen énfasis en el contenido fantástico de la historia en detrimento de su significado psicológico. El título real sugiere inmediatamente que la historia trata de los dos aspectos contradictorios de una misma persona: el que la impulsa a huir hacia un mundo fantástico y el que la mantiene atada a la vida cotidiana, su ello y su yo, la manifestación del principio de la realidad y la del principio del placer." (Bettelheim, B. Psicoanálisis de los cuentos de hadas. Booket. 2012. Barcelona. Página 119)

HISTORIA DE SINDBAD EL MARINO

"He llegado a saber que en tiempo del califa Harún Al-Rachid vivía en la ciudad de Bagdad un hombre llamado Sindbad el Cargador. Era de condición pobre, y para ganarse la vida acostumbraba a transportar bultos en su cabeza. Un día entre los días hubo de llevar cierta carga muy pesada; y aquel día precisamente sentíase un calor tan excesivo, que sudaba el cargador, abrumado par el peso que llevaba encima. Intolerable se había hecho ya la temperatura, cuando el cargador pasó por delante de la puerta de una casa que debía pertenecer a algún mercader rico, a juzgar par el suelo bien barrido y regado alrededor con agua de rosas. Soplaba allí una brisa gratísima, y cerca de la puerta aparecía un ancho banco para sentarse. Al verlo, el cargardor Sindbad soltó su carga sobre el banco en cuestión con objeto de descansar y respirar aquel aire agradable, sintiendo a poco que desde la puerta llegaba a él un aura pura y mezclada con delicioso aroma;. y tanto le deleitó, que fue a sentarse en un extremo del banco. Entonces advirtió un concierto de laúdes e instrumentos diversos, acompañados por magníficas voces que cantaban canciones en un lenguaje escogido; y advirtió también píos de aves cantoras que glorificaban de modo encantador a Alah el Altísimo; distinguió, entre otras, acentos de tórtolas, de ruiseñores, de mirlos, de bulbuls, de palomas de collar y de perdices domésticas. Maravillóse mucho e, impulsada por el placer enorme que todo aquello le causaba, asomó la cabeza por la rendija abierta de la puerta y vio en el fondo un jardín inmenso donde se apiñaban servidores jóvenes, y esclavos, y criados, y gente de todas calidades, y había allá cosas que no se encontrarían más que en alcázares de reyes y sultanes." CONTINUAR LEYENDO

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