jueves, 31 de octubre de 2024

"LOS MEJORES CUENTOS PARA LEER EN HALLOWEEN". Una selección realizada por lecturia.org

Se acerca Halloween, y con él, la oportunidad perfecta para sumergirse en los relatos más escalofriantes de la literatura universal. En Lecturia, hemos preparado un especial con los mejores cuentos para leer en Halloween, una colección de más de 80 historias seleccionadas de entre las más de 200 recomendaciones que nuestros amigos y seguidores nos dejaron en nuestra página en Facebook.

Una selección de más de 80 relatos hecha por la comunidad de usuarios de Lecturia para disfrutar con lo mejor del horror literario de todas las épocas. Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft, Horacio Quiroga, Stephen King, Mariana Enríquez, Bram Stoker y mucho más.

Esta selección única combina clásicos atemporales con obras modernas que han redefinido el género del horror. Encontrarán relatos de maestros como Edgar Allan Poe, H. P. Lovecraft y Horacio Quiroga, cuyas narraciones han infundido el miedo durante generaciones. Junto a ellos, también te ofrecemos historias contemporáneas de autores como Stephen King, Clive Barker y Mariana Enríquez, cuyas plumas siguen explorando los rincones más oscuros de la mente humana.

Para satisfacer hasta los paladares más exigentes hemos optado por una oferta de relatos de lo más variada y heterogénea que incluye obras de terror psicológico, horror gótico, vampiros, fantasmas, seres primigenios venidos desde más allá de las estrellas y mucho más.

miércoles, 30 de octubre de 2024

"EL TESTIGO". Un cuento de Cristina Peri Rossi

SINOPSIS: En «El testigo,» relato de Cristina Peri Rossi publicado en el libro Cuentos eróticos (1989), un joven narra su experiencia de crecer en un hogar donde su madre, separada de su padre, acoge a sus amigas que frecuentemente se quedan a vivir por largos periodos con ellos. El joven describe lo agradable de crecer rodeado de mujeres que lo atienden y cuidan con calidez, en ausencia de la violenta presencia masculina. Sin embargo, la llegada de Helena, una joven actriz con una infancia difícil, transforma la dinámica familiar. El protagonista desarrolla una estrecha relación con Helena, lo que desencadena situaciones que alteran profundamente la atmósfera del hogar.

   EL TESTIGO

Me crie entre las amigas de mi madre. No sé cuántas fueron, ni siquiera puedo decir que las recuerdo a todas, pero de algunas no me he olvidado, y, aunque no las haya vuelto a ver, o solo aparezcan por la casa muy esporádicamente, sé quiénes son y les guardo simpatía. No he jugado con otros niños, sino con las amigas de mi madre. En realidad, soy un tipo bastante solitario, y prefiero las máquinas a la compañía de otros como yo. Las máquinas, o las amigas de mi madre. En primer lugar, aparecen de una en una. Hay períodos enteros en que mi madre solo tiene una amiga, que prácticamente vive en nuestra casa, comparte con nosotros la comida, las sesiones de vídeo, los programas de televisión, los paseos, los juegos y las noches. Siempre han sido muy tiernas conmigo.

—Me gusta mucho que no haya otros hombres en la casa —⁠le dije una vez a mi madre, agradeciéndole que mi infancia no haya estado ensordecida por los gritos de un padre violento o de un amante exigente.

Las mujeres son mucho más dulces. Con ellas, me entiendo mejor. No me hubiera gustado compartir la casa con otros hombres; compartirla, en cambio, con las amigas de mi madre me parecía encantador.Creo que mi madre pensaba lo mismo. Desde que ella y mi padre se separaron —⁠siendo yo muy pequeño⁠—, la casa estuvo visitada solo por mujeres, y eso era muy tranquilizador. Supongo que para mi padre también. La más antigua que recuerdo era una muchacha de piel bastante morena, voz aguda y brillantes ojos negros. Mi madre era muy joven, entonces, y yo solo tenía tres años. Dimos muchos paseos juntos; yo dormía en mi habitación, y ellas dos, juntas, en el cuarto de mi madre. Pero yo a veces me levantaba, por la noche, y aparecía en la habitación grande. Entonces, una de las dos me tomaba en brazos, me arrullaba, y yo me dormía entre ambas, acunado por el calor de sus cuerpos desnudos. Otra, en cambio, tenía largos cabellos rubios, y a mí me daba mucho placer dejar perder mis dedos entre ellos, como mariposas de verano. Mi madre se los peinaba con mucho cuidado, deslizaba el ancho peine de carey entre la cabellera sedosa que llegaba casi hasta la cintura, mientras yo observaba. (Lamenté entonces, muchas veces, no haber nacido niña, para que mi madre peinara con unción y recogimiento mi pelo; lamenté muchas veces ser niño de cabellos cortos y perderme, de esa manera, algo que les proporcionaba tanto placer). Hubo otra, en cambio, de aspecto más viril: tenía los hombros anchos, era robusta, hablaba con voz muy grave y parecía ser una mujer muy fuerte. Esta solía comprarme muchos juguetes: me regaló una bicicleta, varios puzzles, me proponía siempre juegos de competición y me desafiaba a saltar, a boxear y a nadar. Yo no le tenía tanto afecto como a las otras, pero disfrutaba mucho con sus bromas y ganándole al ajedrez. Mi madre se molestaba un poco con la atención excesiva que me prestaba, y creo que alguna vez discutieron por eso, pero yo la tranquilicé, diciéndole a mi madre que yo la prefería sin lugar a dudas a ella, que era más bella y más inteligente. CONTINUAR LEYENDO

martes, 29 de octubre de 2024

"LA ALEGRÍA DE ESTAR SOLA". Un poema de la poeta polaca Anna Świrszczyńska (1909-1984)

Me rodearé de silencio
y florecerán en mí voces.
Me cerraré
y habrá más lugar en mí.
Como los pechos libres del corpiño
se me airearán
mis ideas y las ajenas.
Naceré bajo mi propia mirada
estallaré en mí
como una ramificación.
Me alejaré de todo
y todo entrará en mí.
Veré la existencia y su relieve
y la sombra que arroja
ese relieve.
Veré cada verdad,
como recién lavada.
La soledad me dará a mí misma
y al mundo.

lunes, 28 de octubre de 2024

"LA OVEJA NEGRA Y DEMÁS FÁBULAS". Augusto Monterroso

"La oveja negra y demás fábulas" es una colección de fábulas, pero no en el sentido estricto, sino desde una visión caricaturesca llena de humor negro. Veamos un ejemplo.

LA OVEJA NEGRA

En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.

Fue fusilada.

Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

domingo, 27 de octubre de 2024

"EL RETORNO DE LAS ÁNIMAS". Dulce Isabel Rodríguez, Susana Elizabeth Baca y Stephanie Alejandra Mayén. Ilustraciones de Vania Abigail Ramírez Escalante. Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. México, 2022.

Nuestro país es reconocido por su manera tan peculiar de convivir con todos aquellos que nos dejaron, pero que nunca se fueron, y en esta pequeña colección te presentamos las tradiciones de diferentes pueblos indígenas de nuestro país y sus maneras de festejar estas fechas. A través de seis hermosos cuentos visitamos distintas comunidades, y conocemos los rituales, ceremonias y ofrendas con las que se reciben al tan esperado Día de Muertos.

Por medio de estos breves relatos retratamos una parte de las tradiciones de algunos pueblos indígenas, tales como: los chontales, totonacas, yaquis, nahuas, purépechas y mayas. La muerte es algo que compartimos todos, pero cada persona posee distintas formas de lidiar con ella; el recuerdo de nuestros seres queridos nos permite entender la importancia de los rituales de cada comunidad y con este recorrido cultural podemos conocer algunas de las formas de celebrar el Día de Muertos a lo largo de nuestro país. 

sábado, 26 de octubre de 2024

"RELACIÓN ENTRE EL USO DE HERRAMIENTAS DIGITALES EN EN LA CLASE DE LENGUA Y LOS RESULTADOS EN COMOPRENSIÓN LECTORA". Ladislao Salmerón, Cristina Vargas, Pablo Delgado, ERI Lectura-Universidad de Valencia (España), Naomi Baron, Department of World Languages and Cultures, American University, Washington, (USA). Blog de Leer.es

La integración de herramientas digitales de lectura en las clases de Lengua se ha extendido en los últimos años, respaldada por la creencia de que favorecería tanto la motivación como el aprendizaje. La irrupción de la pandemia del Covid-19 no hizo sino forzar el empleo masivo de dispositivos electrónicos en el aprendizaje en aquellos países o territorios que contaban con la infraestructura suficiente para ello.

Sin embargo, los estudios que han analizado en los últimos años el paso de la lectura en papel a la lectura digital parecen contradecir aquella creencia y muestran evidencias empíricas de que los estudiantes parecen leer con menor profundidad en dispositivos digitales que en papel.

Un reciente estudio, llevado a cabo por investigadores pertenecientes al grupo ERI Lectura de la Universidad de Valencia (España) y del Departamento de Lenguas y Culturas del Mundo de la Universidad Americana de Washington (EUA), aporta nuevas informaciones sobre la relación entre el uso de los dispositivos digitales y la mejora de la comprensión lectora, a la vez que confirma los hallazgos de estudios precedentes en este campo.

El objetivo que se marcaba este estudio era doble: por un lado, evaluar si existe esa menor comprensión lectora al usar la pantalla en las prácticas de lectura de un grupo de alumnos de primaria y, por otro, identificar las prácticas docentes que resultan eficaces a la hora de mejorar la comprensión cuando se usan dispositivos digitales en el aula.

Para ello, el estudio recurrió a los datos de NAEP 2017, una base de datos que contiene muestras representativas de alumnado de 4º y 8º curso de los Estados Unidos. Más en concreto, se utilizaron los datos referentes a 149 400 alumnos de 4º y 144 900 alumnos de 8º.

Los investigadores plantearon dos hipótesis para analizar los datos de la muestra: la primera se basa en la predicción de que los efectos negativos que provoca la pantalla en experiencias de lectura de una sola sesión también aparecen en el contexto de una clase de Lengua, donde la lectura es una actividad regular a lo largo de todo el curso escolar. Esta hipótesis sostiene, pues, que la frecuencia de uso de herramientas digitales en la clase de Lengua influye negativamente en el nivel de comprensión lectora; la segunda hipótesis predice que las prácticas docentes que ponen el énfasis en tareas auténticas de lectura cuando se usan herramientas digitales pueden estar relacionadas de manera positiva con los logros en comprensión lectora, frente a aquellas otras prácticas centradas en el entrenamiento y la mera actividad. CONTINUAR LEYENDO

viernes, 25 de octubre de 2024

El hombrecito vestido de gris. Un cuento de Fernando Alonso

Antes, o después de leer el cuento, es recomendable leer el artículo de Juan Cervera Borrás: La literatura infantil en la construcción de la conciencia del niño. Un texto muy interesante y en el que hace referencia al cuento citado:

En realidad se trata de una literatura más desmitificadora que concienciadora, aunque, a veces, sea ésta su intención manifiesta. Se destruye lo que se considera mito e instrumento de alienación, pero en su lugar no se coloca nada, sobre todo cuando se trata de literatura infantil. Así sucede, por ejemplo, en El hombrecito vestido de gris, de Fernando Alonso, duro alegato contra el final feliz”.

EL HOMBRECITO VESTIDO DE GRIS

Había una vez un hombre que siempre iba vestido de gris. 
Tenía un traje gris, tenía un sombrero gris, tenía una corbata gris y un bigotito gris. 
El hombrecito vestido de gris hacía cada día las mismas cosas. 
Se levantaba al son del despertador. 
Al son de la radio, hacía un poco de gimnasia. 
Tomaba una ducha, que siempre estaba bastante fría; tomaba el desayuno, que siempre estaba bastante caliente; tomaba el autobús, que siempre estaba bastante lleno; y leía el periódico, que siempre decía las mismas cosas. 
Y, todos los días, a la misma hora, se sentaba en su mesa de la oficina. 
A la misma hora. 
Ni un minuto más, ni un minuto menos. 
Todos los días, igual. 
El despertador tenía cada mañana el mismo zumbido. 
Y esto le anunciaba que el día que amanecía era exactamente igual que el anterior. 
Por eso, nuestro hombrecito del traje gris, tenía también la mirada de color gris. 
Pero nuestro hombre era gris sólo por fuera. 
Hacia adentro... ¡un verdadero arco iris! 
El hombrecito soñaba con ser cantante de ópera. 
Famoso. 
Entonces, llevaría trajes de color rojo, azul, amarillo... trajes brillantes y luminosos. 
Cuando pensaba aquellas cosas, el hombrecito se emocionaba. 
Se le hinchaba el pecho de notas musicales, parecía que le iba a estallar. 
Tenía que correr a la terraza y... 
-¡Laaa-lala la la la laaa...! 
El canto que llenaba sus pulmones volaba hasta las nubes. 
Pero nadie comprendía a nuestro hombre. 
Nadie apreciaba su arte. 
Los vecinos que regaban las plantas, como sin darse cuenta, le echaban una rociada con la regadera. 
Y el hombrecito vestido de gris entraba en su casa, calado hasta los huesos. CONTINUAR LEYENDO

jueves, 24 de octubre de 2024

Siri Hustvedt, en el homenaje a su marido en el Círculo de Bellas Artes: “Vivir con Paul Auster era divertido”

Y deciros que Paul habría estado muy contento al veros a todos aquí . Paul solía decir que en las páginas de un libro se tocan dos estados conscientes. Incidía en la intimidad creada entre el lector y el escritor y el hecho de que cada lector es un coinventor del texto. Los libros son, vistos así, una tecnología de fantasmas: los muertos hablándoles a los vivos. Es raro cuando te paras a pensarlo, que todas esas  Puede que el escritor o la escritora hayan muerto pero sus palabras les reviven en el lector. Tras la muerte de Paul, un buen número de personas me dijeron –con la mejor de las intenciones– que el seguía vivo en su obra. Y es verdad y me consuela, pero no cambia el duelo ni un ápice para aquellos que amamos a Paul, porque sus libros no son un sustituto de la persona viva.

Hace muchos años, le dije a Paul que no quería ser una viuda literaria. Para mí, ese término evocaba la figura levemente ridícula de una mujer entregada en vaga servidumbre al legado del gran hombre. Por entonces la muerte de Paul era una abstracción, un viaje imaginario a un posible futuro. A principios de abril, cuando Paul y yo ya sabíamos que se estaba muriendo, también sabíamos que yo sería la albacea de su legado literario también sabíamos que defendería su obra. Como viuda de Paul, su albacea y compañera escritora; antes y por mucho tiempo su editora doméstica, como él era el mío; y su ‘Lebensmensch’, una palabra alemana que significa ‘persona de vida’, una palabra que no es común ni siquiera en alemán, como he descubierto. y que llegó a mí vía una carta de condolencia que me mandó una doctora, Julia, a la que conocí en Tubingen. Es una palabra hermosa y dado que ‘persona de vida’ no tiene un significado per se en inglés, la he adoptado. Yo era su ‘Lebensmensch’ y Paul era el mío.

Casi todos sus libros en prosa se escribieron durante los 43 años que vivimos juntos. Cuando nos conocimos, Paul estaba trabajando en la segunda parte de ‘La invención de la soledad’. Y después de que nos fuésemos a vivir juntos en Brooklyn, se embarcó en su ‘Trilogía de Nueva York’. 18 editores rechazaron ‘Ciudad de cristal’ [el primer volumen de la trilogía], publicado al final por un pequeño sello en California en 1985. Como todos los presentes saben, la trilogía hizo famoso a Paul, no famoso nivel Taylor Swift, pero bastante famoso para un escritor. Tanto que, en vida, le pusieron su nombre a una calle en algún lugar en las afueras de París, y a un sandwich en un restaurante en Los Ángeles. Lo bastante famoso para embelesar a sus adorables pero pavorosamente insistentes fans en Buenos Aires o París. Para tener una Piedra de Paul Auster en le camino de los famosos del Botánico de Brooklyn. Y lo bastante famoso para quejárseme, y esto únicamente el pasado año: “Al menos tus fans han leído de verdad tus libros”.

La idolatría es una cosa, la escritura es otra. Aunque en el mundo angloparlante, Paul Auster se convirtió en sinónimo de posmodernismo –un cajón de sastre que nunca me gustó–, sus obras se tradujeron a más de 40 idiomas y son celebradas en todo el mundo porque sus historias se sienten muy dentro y penetran el misterio de lo que llamamos vivir. Aunque el lector resida en los Estados Unidos, en Alemania, en México, en España, en Turquía, en Egipto o en Japón, la necesidad de encajonar a la gente en categorías y tratarles como cosas estáticas parece que nunca desaparece del todo. El género, la raza, la clase social son cajones familiares y a menudo crueles en nuestra sociedad. Pero el encasillamiento también sucede en las artes. Y por las mismas razones, la ambigüedad, los matices y la complejidad se perciben como amenazas para el orden y las convenciones.

El trabajo de Paul inspiraba adoración, pero también furia, sobre todo en nuestro país. Todavía me asombra hasta qué punto puede enfadarse alguien por una novela. Un crítico estadounidense escribió una vez: “Paul Auster no cree en los valores literarios tradicionales”. Si nos fijamos en la historia moderna de la Literaturas, desde los mitos y cuentos de hadas hasta el Dadá y el Fan Fiction, una se pregunta qué narices pueden ser esos “valores tradicionales”. Le dije a Paul que los ataques pueden verse como halagos, que es mejor eso que ignorarlos y que a menudo son una señal de la pequeñez, envidia, falta de curiosidad y lo intimidado que se siente el crítico. Le dije: “No te gustaría que todo el mundo amase tus libros, ¿verdad, Paul?”. Y él me dijo: “Sí, me gustaría”.

La obra de Paul, dependiendo de cómo la enumeres, abarca más de 30 libros que no pueden ser etiquetados como posmodernismo o con ninguna otra etiqueta. Un escritor con quién tuve un diálogo intenso y constante durante 43 años, un toma y daca que nos influyó y nos cambió a ambos, y cuyos libros leía tan atentamente como hacía él con los míos. Era profundamente ético, astuto en lo político, de una enorme amabilidad y una genuina buena persona y, como pasa con la mayor parte de los grandes escritores, gran parte de sus trabajo se generaba en lugares subconscientes. Cuando estaba escribiendo su última novela, ‘Baumgartner’, me leía el libro en voz alta capítulo a capítulo y antes y después de cada una de esas lecturas, repetía una y otra vez: “no tengo ni idea de qué estoy haciendo. Ninguna”. A veces los libros saben más que el propio escritor. Le dije que no importaba, que debería seguir. Es una hermosa novela y aunque se lee fácilmente, de forma inevitable, su estructura es, de hecho, enormemente complicada. Ya estaba enfermo cuando la terminó.

Y el final del libro es ambiguo: ¿está nuestro héroe vivo o muerto? Además de las insinuaciones sobre su propia mortalidad, Paul escribió mi duelo por adelantado. Creo que sabía sin saberlo, que yo me convertiría en Baumgartner. Paul estaba satisfecho con su obra vital tras ‘4 3 2 1’ y ‘La llama inmortal de Stephen Crane’, esos grandes y extraordinarios logros de sus últimos años. Seguidos con su ensayo sobre la violencia armada, una colaboración con nuestro yerno, Spencer Ostrander [también presente en el homenaje], y ‘Baumgartner’. A Paul nunca le costó escribir otro libro durante la mayor parte de nuestro tiempo juntos. Mientras escribía un libro, siempre tenía otro más, a veces otros dos más. Siempre estaba imaginando activamente el futuro. Y eso se acabó. Al final, terminó por venirle una idea y me dijo que se había dado cuenta de que ya había escrito ese libro.

Paul no quería morir, pero creo que esa sensación de plenitud le ayudó a morir. Bueno, rechazó los cuidados paliativos para su cáncer. Escogió la biblioteca de nuestra casa como la habitación en la que quería morir. Sophie, Spencer, nuestro nieto de por entonces cuatro meses, Miles, mis tres hermanas, nuestra asistenta durante muchos años, Andria, la enfermera del hospital y yo estuvimos junto a él. Durante las semanas y los días previos a su muerte, recibió a los amigos que vinieron a despedirse. Lo eligió, les contó historias. Se aseguró de que cada persona entendiese lo mucho que su amistad había significado para él. Su calma, su claridad, su valor ante la muerte me pasmó entonces y lo sigue haciendo. Y no, esto no es sentimentalismo. No soy una persona sentimental.

Creo que el sentimentalismo, tal y como se usa hoy día esa palabra, le resta valor a la vida y a la muerte. Camufla en debilidades falsas las verdades que más miedo nos dan. Mucho antes de saber que iba a morir, a Paul le gustaba citar una frase de los cuadernos de notas de Joseph Joubert (había traducido a Joubert al inglés por muy poco dinero). Cita: uno debería morir querido por la gente (si se puede). Fin de la cita. Paul pudo morir querido por la gente, y lo hizo. Fue su último regalo a los que le sobrevivimos. En sus últimos meses de vida, empezó a escribir lo que esperaba que pudiese ser un pequeño librito para la personita que está ahí en la esquina: cartas a Miles. Estoy metiendo las 35 páginas que pudo terminar en unas memorias que estoy escribiendo, Ghost Stories. Es algo que le habría alegrado.

Soy incapaz de contar cuantos periodistas me han preguntado a lo largo de los años, “¿cómo es estar casada con Paul Auster?”. No era una pregunta seria. Su funciona habitual solía ser aegurar que la mujer escritora supiese cuál era su lugar. Y los que la hacían también esperaban detectar señales de envidia, de competición, o de un inminente divorcio por mi parte. Paul y yo les defraudamos, pero tengo que responder a esa pregunta. Es algo que me vino en la última hora de vida de Paul. Él ya no podía hablar, pero aún podía oírme. Y lo que me parecía más importante justo antes de que él muriese fue la diversión. “Oh, dios mío”, le dije, “lo hemos pasado bien, ¿verdad?”. Nos divertíamos tanto juntos.

¿Que cómo era estar casada con Paul Auster?

Era divertido.

Gracias.

miércoles, 23 de octubre de 2024

"LA CARICIA PERDIDA". Un poema de Alfonsina Storni


Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos… En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

martes, 22 de octubre de 2024

"MACARIO". Un cuento de Bruno Traven


La icónica película Macario se inspiró en un cuento del enigmático escritor Bruno Traven.

"Macario" es una obra maestra que nos sumerge en las profundidades de las tradiciones y la psique humana.

Este relato, que se entrelaza con historias tradicionales y el folklore mexicano, es una lectura obligada para quienes disfrutan de la narrativa rica y culturalmente resonante.

Macario, es un personaje cuya sencilla vida se transforma tras un encuentro sobrenatural que lo lleva a cuestionar la moralidad, la vida y la muerte.

lunes, 21 de octubre de 2024

"“SI MAÑANA NO DESPERTARA”. Un poema de Mario Benedetti


SI MAÑANA NO DESPERTARA
SOLO CREE QUE ME HE DORMIDO
PIENSA EN LA PAZ DE MI SUEÑO,
TE SUEÑO Y NO ME HE IDO.

TAMBIEN ESCUCHA MI MUSICA
LEE MIS LIBROS
USA MI ROPA
TOMA MI COPA,
BEBE MI VINO

NO ME RECUERDES AUSENTE
NO ME BUSQUES EN EL OLVIDO
BUSCAME DENTRO TUYO
PORQUE AHÍ ESTARÉ CONTIGO

jueves, 17 de octubre de 2024

"¡ALERTA, PANTALLAS!". El impacto de la digitalización en el desarrollo infantil, en el territorio y en nuestro futuro como sociedad. VVAA, CTXT

En pocos años los dispositivos digitales –smartphones, tabletas, ordenadores, pizarras digitales, etc.– han ocupado nuestras escuelas debido a las decisiones de los responsables políticos. Este proceso de digitalización de la educación, que hasta hace poco avanzaba a un paso lento, aunque constante, se aceleró a partir del año 2020, después del cierre de escuelas, institutos y universidades durante el confinamiento por la covid.

Profesorado, familias, organizaciones y expertos comenzamos a sentir y constatar cada vez con más fuerza los efectos nocivos para niñas, niños y adolescentes de la exposición constante a pantallas, dentro y fuera de las aulas. Parece ya incuestionable que las pantallas no mejoran los procesos educativos, sino que los deterioran. La adicción a los dispositivos móviles hace que tanto la concentración como la comprensión lectora se desplomen. Se multiplican los casos de ciberacoso escolar, los pequeños están cada vez más expuestos a contenidos violentos, se deteriora la memoria y se extienden problemas de salud como la obesidad. Lo ideal, hasta los seis años, es no estar expuesto ningún tipo de pantalla. Neurocientíficos e investigadores como Desmurget afirman que la introducción de dispositivos digitales en el colegio ha sido un desastre y que estos son nocivos, venenosos, para el desarrollo del cerebro. Una afirmación que parece confirmar los desastrosos resultados del último informe PISA, donde se apunta explícitamente a las pantallas como uno de los grandes responsables.

No es por tanto de extrañar que algunos países, como Suecia, estén paralizando la digitalización escolar. También aquí se ha abierto un debate social para prohibir los móviles en las escuelas, como ya han hecho Italia, Portugal o Francia. Como colectivo vemos necesario prohibir el uso de teléfonos en los centros educativos, una medida que debería ser el detonante para poner en cuestión la presencia excesiva de dispositivos digitales en los centros. Entendemos que la incompatibilidad demostrada entre digitalización y procesos educativos justifica replantear el modelo promovido por los dirigentes en todos los ámbitos educativos: infantil, primaria, secundaria y universidades. Necesitamos priorizar y fomentar la educación cara a cara. La interacción humana ha demostrado ser la mejor estrategia educativa. Por ello, apoyamos y animamos a todas las familias que se están coordinando para retrasar la edad de acceso a los dispositivos digitales, creando espacios seguros para sus hijas e hijos.


¿Es sólo un problema de la juventud? La digitalización de la vida es un problema social y ecológico que nos afecta a todos y todas. Los cuadros de adicción a las pantallas, y también sus impactos en la concentración y la capacidad crítica, se extienden a todos los grupos de edad. La implementación de algoritmos e inteligencias artificiales a cada vez más ámbitos de la vida plantea dificultades en nuestra convivencia. Disminuye la fiabilidad de la información y aumenta la incapacidad para generar un criterio propio, se reproducen y automatizan sesgos de género y clase, incluso en ámbitos como el de la justicia, se pierden puestos de trabajo, se extienden las lógicas de control social y vigilancia y, en un sentido amplio, erosiona nuestra autonomía y provocando que cada vez seamos menos capaces de comprender y decidir sobre nuestro entorno. CONTINUAR LEYENDO

miércoles, 16 de octubre de 2024

"FIN DE CURSO". Un cuento de Mariana Enríquez

Nunca le habíamos prestado demasiada atención. Era una de esas chicas que hablan poco, que no parecen demasiado inteligentes ni demasiado tontas y que tienen esas caras olvidables, esas caras que, aunque una las ve todos los días en el mismo lugar, es posible que no las reconozca en un ámbito distinto, y mucho menos pueda ponerles un nombre. Lo único que la diferenciaba era que se vestía mal, feo y algo más: la ropa que usaba parecía elegida para ocultar su cuerpo. Dos o tres talles más grandes, camisas cerradas hasta el último botón, pantalones que no dejaban adivinar sus formas. Sólo la ropa hacía que nos fijáramos en ella, apenas para comentar su mal gusto o dictaminar que se vestía como una vieja. Se llamaba Marcela. Podría haberse llamado Mónica, Laura, María José, Patricia, cualquiera de esos nombres intercambiables, que suelen tener las chicas en las que nadie se fija. Era mala alumna, pero rara vez recibía la desaprobación de los profesores. Faltaba mucho, pero nadie comentaba su ausencia. No sabíamos si tenía plata, de qué trabajaban los padres, en qué barrio vivía.

No nos importaba.

Hasta que, en la clase de Historia, alguien dio un pequeño grito asqueado. ¿Fue Guada? Parecía la voz de Guada, que además se sentaba cerca de ella. Mientras la profesora explicaba la batalla de Caseros, Marcela se arrancó las uñas de la mano izquierda. Con los dientes. Como si fueran uñas postizas. Los dedos sangraban, pero ella no demostraba ningún dolor. Algunas chicas vomitaron. La de Historia llamó a la preceptora, que se llevó a Marcela; faltó durante una semana y nadie nos explicó nada. Cuando volvió, había pasado de chica ignorada a chica famosa. Algunas le tenían miedo, otras querían hacerse amigas de ella. Lo que había hecho era lo más extraño que nosotras hubiéramos visto. Algunos padres querían llamar a una reunión, para tratar el caso, porque no estaban seguros de que fuera recomendable que nosotras siguiéramos en contacto con una chica «desequilibrada». Pero lo arreglaron de otra manera. Faltaba poco para que se terminara el año, para que termináramos la secundaria. Los padres de Marcela aseguraron que ella se pondría bien, que tomaba medicación, hacía terapia, que estaba contenida. Los otros padres les creyeron. Los míos apenas prestaron atención: lo único que les importaba eran mis notas y yo seguía siendo la mejor alumna, como cada año.

Marcela estuvo bien durante un tiempo. Volvió con los dedos vendados, al principio con gasa blanca, después con curitas. No parecía recordar el episodio de las uñas arrancadas. No se hizo amiga de las chicas que se le acercaron. En el baño, las que querían ser amigas de Marcela nos contaban que no se podía, que ella no hablaba, que las escuchaba pero nunca respondía, y se quedaba mirándolas tan fijo que, al final, les dio miedo.

Fue en el baño donde todo empezó de verdad. Marcela estaba mirándose al espejo, en la única parte donde realmente podía hacerlo porque el resto estaba descascarado, sucio o tenía declaraciones de amor o insultos de alguna pelea entre dos chicas rabiosas escritos con fibra o lápiz labial. Yo estaba con mi amiga Agustina: tratábamos de resolver una discusión que habíamos tenido más temprano. Parecía una discusión importante. Hasta que Marcela sacó de algún lado (el bolsillo, probablemente) una gillette. Con rapidez exacta se cortó un tajo en la mejilla. La sangre tardó en brotar, pero cuando lo hizo salió casi a chorros y le empapó el cuello y la camisa abotonada, como de monja o de prolijo varón. CONTINUAR LEYENDO

domingo, 13 de octubre de 2024

"NO PENSAR NUNCA EN LA MUERTE". Un poema de Manuel Alcántara


No pensar nunca en la muerte
y dejar irse las tardes
mirando como atardece.

Ver toda la mar enfrente
y no estar triste por nada
mientras el sol se arrepiente.

Y morirme de repente
el día menos pensado.
Ese en el que pienso siempre.

sábado, 12 de octubre de 2024

“CUANTA MÁS GENTE SE MUERE, MÁS GANAS DE VIVIR TENGO”. Marua Torres, Madrid, Ediciones Temas de Hoy, 2024


Maruja Torres destapa en este libro las rutinas de su día a día y alumbra un mundo cada vez más apagado a través de reflexiones hilarantes sobre vivir más (o menos) y mejor (o como se pueda).

Un divertido y afilado ejercicio de adaptación a una vida que justo se empieza a comprender cuando llega el inevitable desenlace. La autora repasa su vida, y todos sus asuntos, con la elegancia de una narración tan esencial que se ríe de todo, de todos y, sobre todo, de ella misma.

«[?] Este libro no va de la muerte, sino de la celebración de la vida. De la lucha por la vida, que es la esencia de la vida misma, tal como la siento, aunque sea jodidamente corta incluso cuando más se prolonga.»

«Va este libro, también, de entregarse al Tiempo y descansar en su incógnita, en vez de pelearle. Convertir lo que te quede en una vivencia honda, un paisaje complejo donde importe menos la longitud que la profundidad.»

"NOS ES MORIR LO QUE DUELE MÁS / «TIS NOT THAT DYING HURTS US SO...". Un poema de Emily Dickinson

No es morir lo que duele más─
es vivir ─lo que más nos duele─
pero morir ─es un modo distinto-
de esos detrás de la puerta─

la costumbre sureña ─del pájaro─
que a la llegada de los fríos─
mejores latitudes acepta─
somos los pájaros –que se quedan.

Los trémulos junto a las puertas del granjero
cuya reluctante migaja─
estipulamos ─hasta la piadosa nieve
persuade a nuestras plumas cobijarse.

Recogido en: Poemas (35). Traducción de Silvina Ocampo. Editorial Tusquets. ISBN: 9788483104750
Poema original en inglés:
«Tis not that Dying hurts us so…»

Tis not that Dying hurts us so…
‘Tis Living – hurts us more –
But Dying – is a different way –
A Kind behind the Door –
The Southern Custom – of the Bird –
That ere the Frosts are due –
Accepts a better Latitude –
We – are the Birds – that stay.

The Shiverers round Farmer’s doors –
For whose reluctant Crumb –
We stipulate – till pitying Snows
Persuade our Feathers Home

viernes, 11 de octubre de 2024

"LAS FRASES ROBADAS". Un libro de José Luis Sastre, Barcelona, Plaza&janes, 2024


Esta es la historia de un padre y de una hija que, después de una vida juntos, empiezan a conocerse de verdad. Él está por morirse y ella quiere darle un final que esté a su altura, hasta el momento en que el padre pide lo que su hija no sabe si podrá darle.

Esta crónica sobre una despedida es, en realidad, un relato irónico sobre la aspiración de una vida que merece la pena vivir y una reivindicación del presente frente a los riesgos de la nostalgia. Aunque, por encima de todo lo demás, lo que aquí se narra es la importancia imbatible de los libros, del mar y del vínculo íntimo entre un padre y su hija.

José Luis Sastre es una de las voces más relevantes del periodismo actual, y su talento como cronista y articulista se ha trasladado ahora a su primera novela. Las frases robadas es un relato emotivo y feliz sobre la memoria, la dignidad y la muerte que explica cómo una hija puede conocer a su padre a partir de las lecturas que leyó y subrayó. Es, sobre todo, un desprejuiciado canto a la vida.

He aquí algunos trozos que han llamado mi atención:
  • No es fácil saber lo que hay que decirle a un hombre que se muere: cuando no puedes prometerle que todo saldrá bien, lo único que te queda es la verdad.
  • Así es como ese hombre, que es mi padre, me enseña a mis cuarenta a no hacer nada ni a pensar en nada, y toda esa idea industrial y utilitarista que ha tenido del mundo se le desploma en la hora de la verdad, en la que, en la vejez y en el lecho en que ha de morir, constata que el secreto para sentirse lleno es vaciarse de todo: estar y punto, con lo complicado que es eso.
  • Haría falta un mundo que no hubiera inventado el calvinismo o el capitalismo o el dolor de conciencia para vivir sin culpa.
  • Lo habitual eran los cuentos, y me pedía que no me preocupara por entenderlos, sino que aprendiera a disfrutarlos.
  • La muerte de alguien depende mucho del momento en que estés tú, lo cual supongo que es lo más egoísta que se puede decir.
  • Llega a ser molesto percibir que fallas a una serie de extraños por no sentir lo que ellos esperan que sientas.
  • La gente con prejuicios hacia sí misma fabrica prejuicios contra los demás.
  • Porque a los muertos hay que citarlos cuando se sabe que te van a dar la razón.

miércoles, 9 de octubre de 2024

"Hogar", una poesía de Warsan Shire sobre personas refugiadas.

Warsan Shire (Somalia) es la poetisa incendiaria que conquistó a Beyoncé cuando esta decidió incluir los poemas de la somalí en su último trabajo “Lemonade”. La obra de Warsan explora el mundo de las mujeres negras e inmigrantes. En 2009, visitó la embajada de Somalia abandonada en Roma y ocupada por un grupo de jóvenes refugiados. Escribió el poema “Hogar” para los refugiados que conoció allí, para su familia y para todo aquel que haya sufrido la pérdida de sus derechos en busca de ellos.

Nadie abandona su hogar, a menos que su hogar sea la boca de un tiburón.
Solo corres hacia la frontera cuando ves que toda la ciudad también lo hace.
Tus vecinos corriendo más deprisa que tú. Con aliento de sangre en sus gargantas.
El niño con el que fuiste a la escuela, que te besó hasta el vértigo
detrás de la fábrica, sostiene un arma más grande que su cuerpo.

Solo abandonas tu hogar
Cuando tu hogar no te permite quedarte.
Nadie deja su hogar
A menos que su hogar le persiga,
Fuego bajo los pies,
Sangre hirviendo en el vientre.
Jamás pensaste en hacer algo así,
Hasta que sentiste el hierro ardiente
Amenazar tu cuello.

Pero incluso entonces cargaste con el himno bajo tu aliento,
Rompiste tu pasaporte en los lavabos del aeropuerto,
Sollozando mientras cada pedazo de papel te hacía ver
Que jamás volverías.
Nadie pasa días y noches enteras en las tripas de un camión,
Tienes que entender que nadie sube a sus hijos a una patera,
Nadie abrasa las palmas de sus manos bajo los trenes, bajo los vagones,
A menos que el agua sea más segura que la tierra.
Los kilómetros recorridos signifiquen algo más que un simple viaje.
Alimentándose de hojas de periódico, a menos que
los kilómetros recorridos signifiquen algo más que un simple viaje

Nadie se arrastra bajo las verjas, nadie quiere recibir los golpes ni dar lástima.
Nadie escoge los campos de refugiados
O el dolor de que revisten tu cuerpo desnudo.
Nadie elige la prisión, pero la prisión es más segura que una ciudad en llamas,
Y un carcelero en la noche es preferible
A un camión cargado de hombres con el aspecto de tu padre.

Nadie podría soportarlo, nadie tendría las agallas,
nadie tendría la piel suficientemente dura.
Los: “váyanse a casa, negros”, “refugiados”, “sucios inmigrantes”,
“buscadores de asilo”, “quieren robarnos lo que es nuestro”,
“negros pedigüeños”, “huelen raro”, “salvajes”,
“destrozaron su país y ahora quieren destrozar el nuestro”.
¿Cómo puedes soportar las palabras, las miradas sucias?

Quizás puedas, porque estos golpes son más suaves
Que el dolor de un miembro arrancado.
Quizás puedas porque estas palabras son más delicadas
Que catorce hombres entre tus piernas.
Quizás porque los insultos son más fáciles de tragar que el escombro,
Que los huesos, que tu cuerpo de niña despedazado.

Quiero irme a casa, pero mi casa es la boca de un tiburón.
Mi casa es un barril de pólvora,
y nadie dejaría su casa a menos que su casa le persiguiera hasta la costa,
a menos que tu casa te dijera que aprietes el paso,
que dejes atrás tus ropas, que te arrastres por el desierto,
que navegues por los océanos,

“Naufraga, sálvate, pasa hambre, suplica, olvida el orgullo,
tu vida es más importante”.
Nadie deja su hogar hasta que su hogar se convierta
en una voz sudorosa en tu oído diciendo:
‘Vete, corre lejos de mí ahora.
No sé en qué me he convertido, pero sé
que cualquier lugar es más seguro que éste’.


Adaptación de la poesía escrita por Warsan Shire, refugiada de origen somalí

"CUENTO SIN MORALEJA". Un cuento de Julio Cortázar narrado por el autor


Un hombre vendía gritos y palabras, y le iba bien aunque encontraba mucha gente que discutía los precios y solicitaba descuentos. El hombre accedía casi siempre, y así pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros, algunos suspiros que le compraban señoras rentistas, y palabras para consignas, slogans, membretes y falsas ocurrencias.

Por fin el hombre supo que había llegado la hora y pidió audiencia al tiranuelo del país, que se parecía a todos sus colegas y lo recibió rodeado de generales, secretarios y tazas de café.

-Vengo a venderle sus últimas palabras -dijo el hombre-. Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento, y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo.

-Traduce lo que dice -mandó el tiranuelo a su intérprete.
-Habla en argentino, Excelencia.
-¿En argentino? ¿Y por qué no entiendo nada? -Usted ha entendido muy bien -dijo el hombre-. Repito que vengo a venderle sus últimas palabras.

El tiranuelo se puso de pie como es de práctica en estas circunstancias, y reprimiendo un temblor mandó que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos.

-Es lástima -dijo el hombre mientras se lo llevaban-. En realidad usted querrá decir sus últimas palabras cuando llegue el momento, y necesitaría decirlas para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo. Lo que yo iba a venderle es lo que usted querrá decir, de modo que no hay engaño. Pero como no acepta el negocio, como no va a aprender por adelantado esas palabras, cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente usted no podrá decirlas.

-¿Por qué no podré decirlas, si son las que he de querer decir? -preguntó el tiranuelo, ya frente a otra taza de café.

-Porque el miedo no lo dejará -dijo tristemente el hombre-. Como estará con una soga al cuello, en camisa y temblando de terror y de frío, los dientes se le entrechocarán y no podrá articular palabra. El verdugo y los asistentes, entre los cuales habrá algunos de estos señores, esperarán por decoro un par de minutos, pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y súplicas de perdón (porque eso sí lo articulará sin esfuerzo) se impacientarán y lo ahorcarán.

Muy indignados, los asistentes y en especial los generales rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre. Pero el tiranuelo, que estaba-pálido-como-la-muerte, los echó a empellones y se encerró con el hombre para comprarle sus últimas palabras.

Entre tanto los generales y secretarios, humilladísimos por el trato recibido, prepararon un levantamiento y a la mañana siguiente prendieron al tiranuelo mientras comía uvas en su glorieta preferida. Para que no pudiera decir sus últimas palabras lo mataron en el acto pegándole un tiro. Después se pusieron a buscar al hombre, que había desaparecido de la casa de gobierno, y no tardaron en encontrarlo pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis. Metiéndolo en un coche celular lo llevaron a la fortaleza y lo torturaron para que revelase cuáles hubieran podido ser las últimas palabras del tiranuelo. Como no pudieron arrancarle la confesión, lo mataron a puntapiés.

Los vendedores callejeros que le habían comprado gritos siguieron gritándolos en las esquinas, y uno de esos gritos sirvió más adelante como santo y seña de la contra-revolución que acabó con los generales y los secretarios. Algunos, antes de morir, pensaron confusamente que en realidad todo aquello había sido una torpe cadena de confusiones, y que las palabras y los gritos eran cosas que en rigor pueden venderse pero no comprarse, aunque parezca absurdo.

Y se fueron pudriendo todos, el tiranuelo, el hombre, y los generales y secretarios, pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas.

martes, 8 de octubre de 2024

"TRISTE TIGRE". Un libro de Neige Sinno, Barcelona, Anagrama, 2024


Entre la autobiografía y el ensayo, un texto poderosísimo y de alto voltaje literario sobre el abuso sexual a menores.

Esta es la historia de una mujer que de niña sufrió abusos por parte de su padrastro y que reflexiona sobre el sentido de la experiencia que le tocó vivir. Sabe que nunca va a entender realmente qué pasó, y aun así sigue buscando, con la distancia pacificadora de los años pero con la rabia intacta. Pensar es como la lucha de un samurái contra un monstruo, y, para luchar contra los monstruos del pasado y los nuevos monstruos que aparecen en el momento de ser madre, esta mujer usa las armas con las que se ha formado: las armas de la literatura. Triste tigre es una aventura del pensamiento que nos propone acompañar a la narradora mientras se cuestiona la violencia sexual, el mal, el trauma, el silencio, pero también las formas de ser un adulto protector, la libertad, la verdad, el relato. ¿Cómo contar una historia que no se puede contar? ¿Cómo escuchar una historia que nadie quiere escuchar? ¿Qué hacer con eso que es terriblemente grave y a la vez perfectamente normal?

lunes, 7 de octubre de 2024

"LOS ALUMNOS QUE LEEN LIBROS DE MÁS DE 100 PÁGINAS LLEVAN UN CURSO DE VENTAJA: ¿CÓMO PUEDEN LAS FAMILIAS FOMENTARLO?". IGNACIO ZAFRA, El País 22 SEPT 2024

Leer obras largas no solo mejora la comprensión de textos lineales por parte de los adolescentes, sino también la que requiere combinar múltiples fuentes, cada vez más habitual en el mundo digital. El papel de los progenitores es clave, según las investigaciones

Los adolescentes que leen libros de más de 100 páginas llevan una ventaja equivalente aproximadamente a un curso académico en comprensión lectora a quienes no lo hacen, después de descontar el nivel socioeconómico y cultural de su familia, que es lo que más influye en el rendimiento académico de los estudiantes, según datos del Informe PISA, la evaluación internacional que realiza cada tres años la OCDE, una organización de la que forman parte principalmente países ricos. Y los chavales que leen argumentos complejos no solo comprenden mejor textos lineales. También se manejan mejor cuando se trata de extraer información combinando fuentes múltiples y en ocasiones contradictorias, como ocurre con frecuencia al navegar por internet.

Los resultados de PISA (para una explicación más detallada, ir al final del texto) no implican causalidad, sino que reflejan que existe una asociación entre dichos elementos, advierte Miyako Ikeda, una de las responsables de la evaluación internacional. “Lo que sí podemos decir es: no olviden la importancia de la lectura tradicional, porque los estudiantes que obtienen una alta puntuación en PISA son aquellos que están leyendo textos más largos. Y al mismo tiempo son los que hacen mejor cosas que son muy importantes en la lectura digital, como distinguir hechos de opiniones y conciliar información de fuentes distintas, como la que puede encontrarse en dos páginas webs. Estas habilidades, que ya eran necesarias antes, se están volviendo cada vez más relevantes”.

La evolución de la comprensión lectora en España no es buena. Según el mismo Informe PISA, el rendimiento del alumnado ha caído 22 puntos entre 2015 y 2022 (frente a un descenso medio de 17 puntos en los países de la OCDE). El Ministerio de Educación ha impulsado por ello un programa para mejorar esta competencia que va a ponerse en marcha este curso. De momento con un presupuesto pequeño, de 30 millones de euros, al no haber podido aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2024. En España, el 50,7% de los chavales de 15 años leen libros de más de 100 páginas, según PISA. Un porcentaje que supera la media de la OCDE (43%), pero que está lejos de los países que encabezan la lista, Finlandia (74,4%), Dinamarca (74,2%) y Reino Unido (71%), que obtienen entre 15 y 20 puntos más en comprensión lectora que España (que logra 474, frente a los 476 de promedio de la OCDE).

El sistema educativo es clave para mejorar las habilidades lectoras de los estudiantes, como también lo es, señalan los expertos, el papel de las familias. Una investigación internacional publicada en 2022, basada en datos de 3.690 gemelos finlandeses de 12 años, llegó a la conclusión de que, a diferencia de lo que muchas veces se piensa, son las habilidades lectoras las que impulsan que los niños y niñas disfruten de la lectura, y no al revés. Es decir, que es saber leer bien lo que permite que los chavales disfruten leyendo mucho más que al contrario. El mismo trabajo reflejó que en torno a un 20% de las habilidades lectoras (así como del disfrute lector) de los chavales se explica por factores ambientales como el hecho de ver a los progenitores leer o disponer de suficientes libros en casa. El porcentaje de adolescentes de 15 años que leen obras de ficción porque quieren hacerlo (no por obligación escolar) se situaba en el 30,3% en 2018, según el Informe PISA, muy poco por encima que la media de la OCDE (29%). CONTINUAR LEYENDO

domingo, 6 de octubre de 2024

"Y AÚN ASÍ, ME LEVANTO". Un poema de Maya Angelou


 “Tú puedes escribirme en la historia
con tus amargas, torcidas mentiras,
puedes aventarme al fango
y aún así, como el polvo… me levanto.

¿Mi descaro te molesta?
¿Por qué estás ahí quieto, apesadumbrado?
Porque camino
como si fuera dueña de pozos petroleros
bombeando en la sala de mi casa…

Como lunas y como soles,
con la certeza de las mareas,
como las esperanzas brincando alto,
así… yo me levanto.

¿Me quieres ver destrozada?
Cabeza agachada y ojos bajos,
hombros caídos como lágrimas,
debilitados por mi llanto desconsolado.

¿Mi arrogancia te ofende?
No lo tomes tan a pecho,
Porque yo río como si tuviera minas de oro
excavándose en el mismo patio de mi casa.

Puedes dispararme con tus palabras,
puedes herirme con tus ojos,
puedes matarme con tu odio,
y aún así, como el aire, me levanto.

¿Mi sensualidad te molesta?
¿Surge como una sorpresa
que yo baile como si tuviera diamantes
ahí, donde se encuentran mis muslos?

De las barracas de vergüenza de la historia
yo me levanto
desde el pasado enraizado en dolor
yo me levanto
soy un negro océano, amplio e inquieto,
manando
me extiendo, sobre la marea,
dejando atrás noches de temor, de terror,
me levanto,
a un amanecer maravillosamente claro,
me levanto,
brindando los regalos legados por mis ancestros.
Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.
Me levanto.
Me levanto.
Me levanto.”

 

sábado, 5 de octubre de 2024

"DISCURSO DEL OSO". Un cuento de Julio Cortázar narrado por el autor

Soy el oso de los caños de la casa, subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento y soy el oso que va por los caños.

Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corroído por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano después con la otra después con las dos juntas, y eso me produce una grandísima alegría.

Entonces resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cundo vean al portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso, por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima al verlos tan torpes y grandes, al Oír cómo roncan y sueñan en voz alta, y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien.

viernes, 4 de octubre de 2024

"IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA ADOLESCENCIA". RELACIONES, RIESGOS Y OPORTUNIDADES". Un estudio realizado por UNICEF

En este estudio han participado 50.000 adolescentes de todo el país y sus resultados son una fotografía muy precisa sobre cómo usan la tecnología los chicos y chicas de nuestro entorno y, sobre todo, cómo se relacionan a través de las pantallas y los dispositivos electrónicos.

Con ello, pretendemos facilitar información clave como herramienta de análisis y reflexión para orientar actuaciones en el ámbito familiar, educativo y normativo; que permitan fortalecer los mecanismos educativos, preventivos y de protección necesarios para la infancia en el entorno digital.

Autores: UNICEF España, Universidad de Santiago de Compostela y Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería en Informática. ISBN: 978-84-124058-2-8. Páginas: 105.



jueves, 3 de octubre de 2024

"DISCURSO DE ISAAC BAHEVIS SINGER EN EL BANQUETE DEL PREMIO NÓVEL, 10 DE DICIEMBRE DE 1878

Señoras y señores: Hay quinientas razones por las que comencé a escribir para niños, pero para ahorrar tiempo mencionaré solo diez.

  • Número 1) Los niños leen libros, no reseñas. Les importa un comino las críticas.
  • Número 2) Los niños no leen para encontrar su identidad.
  • Número 3) No leen para liberarse de la culpa, para saciar su sed de rebelión o para deshacerse de la alienación.
  • Número 4) No les sirve la psicología.
  • Número 5) Detestan la sociología.
  • Número 6) No intentan entender a Kafka ni el Finnegan’s Wake.
  • Número 7) Todavía creen en Dios, la familia, los ángeles, los demonios, las brujas, los duendes, la lógica, la claridad, la puntuación y otras cosas obsoletas.
  • Número 8) Les encantan las historias interesantes, no los comentarios, las guías o las notas al pie.
  • Número 9) Cuando un libro es aburrido, bostezan abiertamente, sin vergüenza ni temor a la autoridad.
  • Número 10) No esperan que su amado escritor redima a la humanidad. Por jóvenes que sean, saben que eso no está en su poder. Solo los adultos tienen ilusiones tan infantiles.

miércoles, 2 de octubre de 2024

"EL VESTIDO DE TERCIOPELO". Un cuento de Silvina Ocampo

Sudando, secándonos la frente con pañuelos, que humedecimos en la fuente de la Recoleta, llegamos a esa casa, con jardín, de la calle Ayacucho. ¡Qué risa!

Subimos en el ascensor al cuarto piso. Yo estaba malhumorada, porque no quería salir, pues mi vestido estaba sucio y pensaba dedicar la tarde a lavar y a planchar la colcha de mi camita. Tocamos el timbre: nos abrieron la puerta y entramos, Casilda y yo, en la casa, con el paquete. Casilda es modista. Vivimos en Burzaco y nuestros viajes a la capital la enferman, sobre todo cuando tenemos que ir al barrio norte, que queda tan a trasmano. De inmediato Casilda pidió un vaso de agua a la sirvienta para tomar la aspirina que llevaba en el monedero. La aspirina cayó al suelo con vaso y monedero. ¡Qué risa!

Subimos una escalera alfombrada (olía a naftalina), precedidas por la sirvienta, que nos hizo pasar al dormitorio de la señora Cornelia Catalpina, cuyo nombre fue un martirio para mi memoria. El dormitorio era todo rojo, con cortinajes blancos y había espejos con marcos dorados. Durante un siglo esperamos que la señora llegara del cuarto contiguo, donde la oíamos hacer gárgaras y discutir con voces diferentes. Entró su perfume y después de unos instantes, ella con otro perfume. Quejándose, nos saludó:

—¡Qué suerte tienen ustedes de vivir en las afueras de Buenos Aires! Allí no hay hollín, por lo menos. Habrá perros rabiosos y quema de basuras… Miren la colcha de mi cama. ¿Ustedes creen que es gris? No. Es blanca. Un campo de nieve —me tomó del mentón y agregó—: —No te preocupan estas cosas. ¡Qué edad feliz! Ocho años tienes, ¿verdad? —y dirigiéndose a Casilda; agregó—: ¿Por qué no le coloca una piedra sobre la cabeza para que no crezca? De la edad de nuestros hijos depende nuestra juventud.

Todo el mundo creía que mi amiga Casilda era mi mamá. ¡Qué risa!

—Señora, ¿quiere probarse? —dijo Casilda, abriendo el paquete que estaba prendido con alfileres. Me ordenó: —Alcanza de mi cartera los alfileres.

—¡Probarse! ¡Es mi tortura! ¡Si alguien se probara los vestidos por mí, qué feliz sería! Me cansa tanto.

La señora se desvistió y Casilda trató de ponerle el vestido de terciopelo.

—¿Para cuándo el viaje, señora? —le dijo para distraerla. CONTINUAR LEYENDO