Hablar de “avanzar” en el aprendizaje literario nos llevan en seguida a pensar en fases, momentos o capacidades distintas. Podemos imaginarlo como un paisaje cambiante a través de la ventanilla del vehículo; pero la analogía del aprendizaje como viaje debería implicar aquí dos constantes: la idea de que no “se llega” un día a la literatura, sino que se disfruta y aprende siempre en presente y la idea de que hay unos objetivos comunes a lo largo de todas las etapas educativas, empezando por la misma familia que lee y mira libros con los niños más pequeños. Contra lo que se dice a menudo, no se aprende a disfrutar en primaria y se adquieren conocimientos en secundaria, por ejemplo. El tipo de conocimientos, de lecturas o de énfasis hechos por la escuela pueden ser distintos, pero cualquier docente debe tener presente que desde infantil hasta el final de secundaria, todos juegan en el mismo equipo y que los objetivos perseguidos –e incluso los métodos- presentan, o deberían presentar, una gran unidad de acción. CONTINUAR LEYENDO
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
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