Charlotte Perkins Gilman (1860 – 1935) fue una destacada socióloga, novelista y cuentista estadounidense, que además escribió poesía y obras de no ficción, e impartió conferencias para la Reforma social. Durante un tiempo fue una utópica feminista cuando sus logros eran excepcionales entre las mujeres, y sirvió de modelo para futuras generaciones de feministas debido a sus ideas y estilo de vida poco ortodoxos.
Su obra más conocida actualmente es un cuento semiautobiográfico, El papel de pared amarillo ("The Yellow Wallpaper"), que escribió durante un brote severo de depresión postparto. Tras dar a luz a su primera hija, Charlotte Perkins Gilman cayó en una profunda depresión. Esta se agravó cuando, tras consultar con un famoso especialista en lo que entonces se consideraban trastornos femeninos —que eran poco más que enfermedades imaginadas… por los médicos—, fue obligada a guardar un absoluto reposo. Fruto de ese estado de alteración mental surge el breve relato de El papel pintado amarillo, que tiene la virtud de ser un fantástico texto sobre la locura, a la vez que un alegato feminista. La protagonista del relato, trasunto de la propia Charlotte, se obsesiona de manera insana con el papel pintado que decora la habitación donde se ve obligada a estar recluida, en un reposo forzado. El dibujo del empapelado la obsesiona cada vez más, durante horas sigue y resigue sus formas confusas que se extienden a lo largo de toda la pared, hasta que poco a poco no puede pensar en otra cosa. Cuando su delirio aumente, la joven creerá haber descubierto una mujer apresada tras el enrejado que forma el dibujo del papel pintado.(Sara Castro)
No hace mucho que estando próximo el "Día Internacional de la Mujer" la Tertulia de Sim Romí, Asociación de Mujeres Gitanas, junto con una profesora de la fundación Peñascal-Bolueta, celebramos nuestra tertulia quincenal con el texto de Charlotte Perkins. Fue todo un descubrimiento tanto de la autora como del cuento. Desde el relato pudimos ver cómo era considerada la mujer en aquella época; cómo lo que se salía del campo de las enfermedades orgánicas era considerado en ellas pura histeria; qué papel se le adjudicaba a la mujer en el matrimonio; en qué consideración se le tenía; cómo el amor del marido de la protagonista no era tal, sino un paternalismo axfisiante; cómo ese pseudoamor era el arma perfecta para el chantaje afectivo; cómo la maltrataba psicológicamente; y cómo esas consideraciones iban acabando poco a poco con la salud mental de la protagonista que termina en una locura que, en nuestra opinión, es una venganza hacia John, su marido. Claro que no hizo falta mucho para que nos diéramos cuenta de que lo narrado allí no era algo del pasado, sino que, desgraciadamente, de una u otra forma, se repetía en nuestra sociedad. En fin que fue una tertulia muy instructiva y en la que, además de seguir tomando conciencia de las mil y una caras que puede adoptar el maltrato, salimos con la intención de seguir peleando por la igualdad de los hombres y de las mujeres.
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