miércoles, 17 de junio de 2015

Barrabás. Un cuento de Arturo Uslar Pietri, iniciador del "realismo mágico"

En 1948, Arturo Uslar Pietri consideraba el cuento venezolano dominado por «una adivinación poética de la realidad, un realismo mágico». En su ensayo Letras y hombres de Venezuela aplicó la expresión «realismo mágico» a la literatura de Latinoamérica.
BARRABÁS
Su linaje venía de Bethábara, en el país de los Gadarenos.

Tenía las barbas negras y pobladas como una lluvia, bajo unos ojos ingenuos de animal, y entre los nombres innumerables el suyo era Barrabás.

Conocía los libros sagrados, era caritativo y respetuoso, guardaba el sábado y sabía que Jehová era terrible y poseía una muchedumbre de manos y en la punta de cada dedo un castigo.

Era el mediodía. Un viento perezoso se derramaba sobre el patio y desbordaba entre las rejas del calabozo. El aire estaba aplastado de un olor indefinible y molesto.

Había allí gran cantidad de gentes hacinadas, ladrones, prostitutas, vagos, uno que otro perro de lanas lagañoso, y un soldado con armas que hacía la guardia caminando de un extremo a otro con rapidez, tal como si se propusiese dejar plegada una distancia muy larga.

En una vuelta lo enfocó con los ojos: entre las barbas le resaltaba la piel pálida como el agua sobre las piedras. A la mirada siguió la interrogación.

— ¿Yo? Barrabás…

— ¿Barrabás?… ¡Ah! Sí. El asesino. ¿Sabes? Te van a matar.

— Sí. Ya lo sé, respondió con indiferencia por decir algo, callando para contemplarse con abstraimiento las uñas largas y sucias. El guardia continuó su paseo. CONTINUAR LEYENDO

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