"Si escribís un libro para pasar un mensaje sobre la violencia de género puede salirte un lindo mensaje, difícilmente un buen libro."
Aunque fue criada por libros salvajes, lejos de la escuela, su temple es de hada sin apuro. Ema Wolf vino de Buenos Aires a la XV Feria del Libro Infantil y Juvenil a dar una charla sobre escritura para niños, que gusta definir como literatura popular bien jodida de corrección política.
Aunque fue criada por libros salvajes, lejos de la escuela, su temple es de hada sin apuro. Ema Wolf vino de Buenos Aires a la XV Feria del Libro Infantil y Juvenil a dar una charla sobre escritura para niños, que gusta definir como literatura popular bien jodida de corrección política.
—Algunos sostienen que el goce de leer tiene una relación de dependencia con el manejo técnico del lenguaje.
—De chica sentí una esquizofrenia perfectamente llevadera entre la escuela que me enseñaba a leer, y el afuera que me regalaba a Salgari, Dumas, la colección Robin Hood, Luisa May Alcott. Me hice lectora en casa, a destajo, sin orden ni concierto. Ahora el chico es cautivo de la escuela y no puede elegir, equivocarse, leer lo inadecuado. Yo leía a Stevenson y enseguida los ejemplares de la colección Rastro, que iban al galpón, porque no eran “libros”. Un chico criado a Borges no es un buen lector, el camino lector se construye eligiendo, verificando, rompiéndose la nariz contra determinadas cosas, deshilachando el rumbo. Extraño esa forma de leer, y tampoco me encuentro, como lectora, en mis destinatarios.
—En la charla dijiste que hay que reformularse las preguntas con respecto a las posibilidades de la literatura como ámbito de expansión de la infancia.
—Es riquísima, la literatura, si el maestro y el adulto se abstienen de transformarla en algo útil. Si escribís un libro para pasar un mensaje sobre la violencia de género puede salirte un lindo mensaje, difícilmente un buen libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario