jueves, 18 de junio de 2015

Evaluando la Tertulia Literaria de Abendaño Ikastola (Vitoria-Gasteiz)

Ayer nos juntamos en Abendaño Ikastola para evaluar la experiencia desarrollada en el último trimestre con una Tertulia Literaria realizada en 6º de Primaria. Estuvimos el equipo directivo, la asesora de referencia del Berritzegune, la tutora de 6º y una de las madres que había participado. Algo que, además de novedoso en este centro, resultó francamente positivo. La evaluación con el alumnado ya la habíamos hecho con anterioridad y en ella también habían participado las personas arriba mencionadas.
Fueron muchas las aportaciones realizadas en el análisis pormenorizado de la actividad y fue muy significativa la mirada hacia el futuro que se proyectó desde la reflexión y el análisis, ya que una evaluación sin proyección de futuro es una acción estéril.
De las aportaciones que hubo, destacaría un par de ellas y una anécdota:
  • Marta, la madre, nos dijo que a ella, la Tertulia, le había servido, entre otras cosas, para conocer a los compañeros y compañeras de su hijo "en directo", porque hasta la fecha ella los miraba a través de los ojos de su hijo. Algo que hicimos extensivo al profesorado, es decir, que en la Tertulia también conocemos al profesorado de nuestros hijos e hijas directamente, sin filtros que, a veces, pueden ser interesados. Por otra parte, destacó la altura literaria de los textos compartidos: Tolstoi (Cuánta tierra necesita un hombre), Kafka (Informe para una academia), García Márquez (Algo muy grave va a suceder en este pueblo), Leopoldo Alas Clarín (Adiós, Cordera) y Ana Mª Matute (Bernardino). Textos originales, sin adaptaciones, ya que como dice  Courtney Cazden: "El mejor profesor de salto es un obstáculo".
  • Marian, la tutora, aportó, entre otras cosas, tres cuestiones que le habían llamado la atención.
    • El descubrimiento de nuevas facetas del alumnado. Efectivamente, la Tertulia, nos proyecta nuevas dimensiones de nuestro alumnado llegándolo a conocer mejor. Y esto se produce porque en ese ambiente de diálogo igualitario muchas personas se expresan desde coordenadas no académicas, descubriendo que también tienen cosas que decir.
    • El mirar hacia adentro. La lectura de un texto con altura literaria provoca ese mirar hacia adentro, ese diálogo interior del que estamos faltos hoy en día. Y, en este caso, ese mirar hacia adentro es compartido en esa cadena infinita cuyos eslabones son lo intersubjetivo y lo intrasubjetivo. La literatura, en palabras de la escritora Luisa Etxenike, si lo es, ha de tener dos componentes: la libertad y el de la utopía que mira a la consecución de un mundo más humano. Y hoy en día, según Mario Vargas Llosa, la "literatura light" que predomina no ayuda, todo lo contrario, ni a esa introspección, ni a esa transformación. La literatura, si es que lo es, reivindica la "Pedagogía de la pregunta" de Paulo Freire, desde el momento en que, en vez de darte respuestas, te inunda de preguntas.
    • Superación del caos personal. La literatura nos ayuda en la construcción y en la reconstrucción personal (Michele Petit). La estructura, el orden de los relatos nos remiten a referentes que ayudan a establecer narraciones vitales superadoras de ese desnorte personal.
  • También resaltamos la anécdota de una alumno que justo en la anteúltima sesión hizo una apología contra la lectura que todos escuchamos respetuosamente. Ahora bien, en la última, después de leer a Kafka, dijo que ya no estaba tan seguro de lo que había dicho, que quizás tendría que pensarlo mejor.
Hubo muchas más cosas, pero estas son las que más me llamaron la atención. Tan sólo me resta dar las gracias a todas las personas que han participado en la Tertulia y que han hecho posible esa maravilla que nos constituye y que no es otra cosa que la comunicación.

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