domingo, 7 de junio de 2015

Dejar que todos los acentos vayan a los niños. Un artículo de Yolanda Reyes

La lengua: ese lugar de encuentro, donde conviven las voces y las historias de los otros. (De los que viven lejos, de los que ya se han ido, de los que están, de los que todavía no han sido). Hablarla y escribirla es encontrarse con todos, en esa línea del tiempo, fluctuante e invisible, que existe más allá de cada uno y que a la vez nos pertenece, sin ser estrictamente de ninguno. Habría que hacer partícipes a los niños de esa conversación a tantas voces, sin traducciones ni fronteras. Nos queda ese salvoconducto para borrar las jerarquías y las aduanas que pretenden imponernos. La lengua: quizá el único territorio de la libertad, de la imaginación, de lo posible…que nos queda.



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