Hasta el siglo XVII hay que retrotraerse en el tiempo para hallar a una de las figuras literarias más importantes de Japón de todos los tiempos. Nos estamos refiriendo a Iahara Saikaku (1642 – 1693), un reconocido poeta y narrador que consiguió conectar con el público por aunar en sus obras tres elementos fundamentales: la picaresca, el erotismo y el realismo.
No obstante, es innegable que esos factores en muchos casos, sobre todo en lo concerniente al amor carnal, le trajeron más de un quebradero de cabeza por la fuerte oposición del gobierno reinante.
Sin embargo, nunca de dejó de escribir y aunque la censura le vetó libros durante años, no cejó en su empeño de acercar a sus incondicionales la realidad del mundo en el que vivían, y eso suponía, por ejemplo, descubrir la sordidez de ciertos ambientes donde el sexo estaba a la orden del día. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: Poemas del alma
No hay comentarios:
Publicar un comentario