domingo, 21 de junio de 2015

“Lo central es pensar cómo se construye una lengua franca”. Yolanda Reyes teoriza sobre libros y niños (Entrevista)

“Las cosas que me preocupaban cuando empecé a trabajar en esto, ya no me preocupan tanto: la conciencia fonológica y fonética, el lugar de las rimas y el sonido de las palabras en la lectura alfabética, todo eso que tanto he investigado me ha dejado de importar tantísimo –evalúa–. Hoy siento que lo central es pensar cómo se construye una lengua franca, que es la lengua de las emociones. Cómo hay una forma de encontrarnos en el lenguaje, cómo hay un mundo que funciona no con lenguaje sino en el lenguaje, un mundo en que las cosas de adentro se pueden poner, y mi adentro y el tuyo y el de todos se encuentran en este mundo. Eso, hoy, me parece más importante que cualquier otra cosa”.

"Cuando entra la literatura en la escuela, como literatura, no como didáctica, cuando entra como posibilidad de conversar, modifica la relación con los niños. A mí la literatura para niños me cambió la percepción que yo tenía sobre qué es un niño y cómo funciona. Curiosamente los autores para niños de todas las épocas lograron encontrar eso que ahora la neuropsicología está descubriendo: la inmensa complejidad psíquica de un niño. ¡Pero si es que ya lo había dicho Sendak! O Peter Pan, ¡es de la época victoriana, y ahí está todo! O las nanas de Federico García Lorca, un señor que no tuvo hijos y que en la residencia de estudiantes de Madrid explica cuál es la esencia de la canción infantil, por qué nombra lo que no nombra nada más, cómo la madre inserta al niño en el dramatismo del mundo. Le cuenta que el mundo es un lugar lleno de cosas terribles, pero lo hace cantando, con una emoción de la melodía. Y eso hace la literatura: vuelve al mundo bello. No porque esconda lo que tiene de terrible, por el contrario. Nos da la posibilidad de asomarnos a las profundidades de lo bello y lo terrible."

"Cuando a un niño crece sabiendo que la voz se construye, que el libro es el lugar de encuentro, un lugar adonde ir, cuando crece lector, crece con un tesoro que pondrá en juego a la hora de tomar decisiones, de enunciar una voz propia y hacerla sentir. Era lo que me decía mi alumno: puedo hablar en publico, tengo mi voz. Y construir una voz es algo muy difícil, que no se logra a los 17 años para ser ciudadano a los 18. Se va haciendo, son mensajes de la infancia que explican en gran medida por qué el poder está concentrado en unos que tienen voz y otros que no. La frase de Rodari sigue teniendo toda la vigencia: “El uso de las palabras para todos, no para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo”. En nuestros países estamos a punto de resolver por completo el problema de la instrucción. Pero no parece que fuera de la mano de la construcción de lectores, ciudadanos críticos autónomos, que tengan voz y puedan hacer uso de esa voz. Por eso la poética no es un asunto menor, ni ornamental: es justamente cómo resolvemos desde otro lugar el problema de la ciudadanía deliberante, activa, crítica, que implica necesariamente reconocer la singularidad y a la vez la colectividad. Eso, que es enorme, lo hace la literatura."


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