Una variada selección, hecha por los seguidores de Lecturia, de 50 cuentos y relatos escritos por mujeres, para compartir este 8 de marzo en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer.
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
Páginas
sábado, 8 de marzo de 2025
"CUENTOS DE MUJER PARA LEER TODO EL AÑO". Lecturia.org
viernes, 7 de marzo de 2025
"ÉRASE OTRA VEZ: LA AVALANCHA DEL «RETELLING»,NUEVAS FORMAS DE CONTAR EL MISMO CUENTO DE SIEMPRE". Un artículo de Jesús Palacios publicado en El Cultural de elespanol.com el 17 agosto, 2023
![]() |
Fotograma de la película 'La puerta mágica', un cuento de hadas moderno para este verano |
Cuando llega la canícula y se hace difícil dormir, nada mejor que leer (o que te lean) un buen cuento de hadas para intentar conciliar el imposible sueño de una noche de verano. Hay para elegir: el siglo XXI ha comenzado con una avalancha de nuevas formas de contar el mismo cuento de siempre, transformándolo y poniéndolo al día para los lectores actuales. En eso se basa lo que ahora llaman retelling.
Pero, ¿es realmente algo tan nuevo? ¿O sólo una etiqueta más? Al fin y al cabo, cabe preguntarse si la propia naturaleza de los cuentos de hadas no es ya de por sí la de recontarse una y otra vez, añadiendo, quitando, cambiando y transformando aquello que sus nuevos oyentes o lectores necesitan —o se supone que necesitan— para poderlos disfrutar casi como si fuera la primera vez.
En el principio, fue la voz. La voz humana, que diría Jean Cocteau, que de recontar cuentos algo sabía. Las historias feéricas se transmitían oralmente. Junto al fuego que calentaba a la tribu, como en los títulos de crédito de la serie Cuentos asombrosos (Amazing Stories). Al calor del hogar, cuando se establecieron las primeras comunidades. Para dormir a los niños, cuando los mayores creían saberlo ya todo y que quien necesitaba historias con moraleja era su inexperta progenie.
Lo que llamamos a grandes rasgos cuentos de hadas eran (y son) una preparación para la vida, una guía para crecer y madurar… Pero también, no lo olvidemos, un fantástico entretenimiento. Un necesario ejercicio de imaginación, para emocionar, divertir y maravillar.
Las primeras recopilaciones literarias de estas tradiciones y relatos orales no eran necesaria ni explícitamente para niños. En el siglo XVI italiano, Giovanni Francesco Straparola y Giambattista Basile publicaron sus transcripciones de cuentos de hadas populares. Sobre todo el segundo, con su Pentamerón. El cuento de los cuentos (Siruela), se convertiría en una de las principales fuentes para las posteriores obras de Perrault y los hermanos Grimm.
En sus páginas se encuentran ya versiones de "La Cenicienta" o "El gato con botas", que Basile vertió en dialecto barroco napolitano, con intenciones claramente literarias, pensando en los mismos lectores que habían disfrutado con Dante o Boccaccio. A ellos podría sumarse también el curioso dominico Francesco Colonna, con Las historias del mago Setne y otros relatos del Egipto fantástico (Siruela).
A mediados del siglo XVII, el éxito de La Fontaine y Perrault puso de moda los cuentos de hadas en los salones literarios aristocráticos de Francia. Los cuentos de Madame Leprince de Beaumont y de Madame d'Aulnoy reflejan el esplendor de la corte de Luis XIV, con su estilo culterano, exquisitamente coloquial y refinado. Sus oyentes eran la crème de la crème, nobles que frecuentaban los salones de Mademoiselle de Scuderi o Madame de La Fayette, donde se narraban añadiendo nuevos y sutiles sobreentendidos y dobles sentidos. Es decir: recontándolos. CONTINUAR LEYENDO
miércoles, 5 de marzo de 2025
"EL ANILLO". Un cuento de Elena Garro
—Siempre fuimos pobres, señor, y siempre fuimos desgraciados, pero no tanto como ahora en que la congoja campea por mis cuartos y corrales. Ya sé que el mal se presenta en cualquier tiempo y que toma cualquier forma, pero nunca pensé que tomara la figura de un anillo. Cruzaba yo la Plaza de los Héroes, estaba oscureciendo y la boruca de los pájaros en los laureles empezaba a calmarse. Se me había hecho tarde. «Quién sabe qué estarán haciendo mis muchachos», me iba yo diciendo. Desde el alba me había venido para Cuernavaca. Tenía yo urgencia de llegar a mi casa, porque mi esposo, como es debido cuando una es mal casada, bebe, y cuando yo me ausento se dedica a golpear a mis muchachos. Con mis hijos ya no se mete, están grandes, señor, y Dios no lo quiera, pero podrían devolverle el golpe. En cambio con las niñas se desquita. Apenas salía yo de la calle que baja del mercado, cuando me cogió la lluvia. Llovía tanto, que se habían formado ríos en las banquetas. Iba yo empinada para guardar mi cara de la lluvia, cuando vi brillar a mi desgracia en medio del agua que corría entre las piedras. Parecía una serpientita de oro, bien entumida por la frescura del agua. A su lado se formaban remolinos chiquitos.
«¡Ándale, Camila, un anillo dorado!». y me agaché y lo cogí. No fue robo. La calle es la calle y lo que pertenece a la calle nos pertenece a todos. Estaba bien frío y no tenía ninguna piedra: era una alianza. Se secó en la palma de mi mano y no me pareció que extrañara ningún dedo, porque se me quedó quieto y se entibió luego. En el camino a mi casa me iba yo diciendo: «Se lo daré a Severina, mi hijita mayor». Somos tan pobres, que nunca hemos tenido ninguna alhaja y mi lujo, señor, antes de que nos desposeyeran de las tierras para hacer el mentado tiro al pichón en donde nosotros sembrábamos, fue comprarme unas chanclitas de charol con trabilla, para ir al entierro de mi niño. Usted debe acordarse, señor, de aquel día en que los pistoleros de Legorreta lo mataron a causa de las tierras. Ya entonces éramos pobres, pero desde ese día sin mis tierras y sin mi hijo mayor, hemos quedado verdaderamente en la desdicha. Por eso cualquier gustito nos da tantísimo gusto. Me encontré a mis muchachos sentados alrededor del comal. CONTINUAR LEYENDO
martes, 4 de marzo de 2025
"LAS DIEZ CLAVES DEL ÉXITO DE UN PLAN LOCAL DE LECTURA". Un artículo de comunidadbaratz.com/blog
La lectura facilita el desarrollo personal, cultural, profesional y social de las personas. Se puede decir que es una de las acciones más importantes que adquirimos en la infancia y que nos acompañan a lo largo de la vida. Y es que la lectura, y una buena competencia lectora, nos facilita adquirir conocimiento, formar parte activa en la vida pública de la comunidad, desarrollar habilidades profesionales y mantenerlas actualizadas, y acceder al placer de la lectura de manera individual y colectiva.
Hay etapas en la vida en las que abandonamos la lectura por falta de tiempo, interés o recursos. Es ahí donde deben aparecer las instituciones locales y agentes colaboradores para facilitar los medios que propicien que la comunidad no se quede estancada y tenga disponibilidad para acceder a los libros y a su lectura. Proponer un plan de lectura a nivel local que proporcione estímulos y propuestas culturales, y que cuente con los recursos humanos y materiales imprescindibles para fomentar la lectura.
¿Cuáles son las principales claves para crear un Plan Local de Lectura exitoso?
A modo de resumen, entendemos que un PLL debe:
1. Tener como objetivos fundamentales los siguientes:
- Potenciar el aprendizaje global de la lectura, la escritura y la expresión oral.
- Mejorar la competencia lectora de los miembros de una comunidad.
- Incrementar sus índices de lectura.
2. Reunir las siguientes características:
- Basarse en la cooperación, la colaboración y el compromiso de sus participantes.
- Estar liderado por la administración local.
- Contar con el máximo respaldo institucional y de entidades sociales.
- Estar dotado con recursos humanos y materiales suficientes.
Y debe establecer alianzas fuertes entre todas aquellas administraciones, entidades y personas que de una u otra manera ya vienen trabajando de forma independiente con esos mismos objetivos desde distintos ámbitos: docencia, bibliotecas, librerías, editoriales, escritores, narradores, dinamizadores culturales, lectores, personas de especial relevancia local, etc.
4. Contener en su redacción al menos estos apartados:Introducción sobre los conceptos de lectura y PLL.
- Análisis del entorno.
- Objetivos y líneas de actuación.
- Metodología de trabajo.
- Recursos disponibles.
- Agentes participantes.
- Evaluación.
5. Tener como destinatarios a todos los habitantes de la localidad, independientemente de sus condiciones socioeconómicas.
Y establecer criterios de segmentación y agrupación de los colectivos a los que queremos dirigirnos en cada una de las actuaciones.
6. Plantearse objetivos teniendo en cuenta las realidades y particularidades locales específicas y los recursos disponibles.
7. Basarse en un conocimiento lo más amplio y certero de la realidad local. Se tendrán en cuenta especialmente:
- Las características físicas del entorno.
- El perfil de la población.
- La organización política y administrativa.
- Los instrumentos de difusión.
8. Conseguir la participación activa y la creación de sinergias entre todos los agentes locales, tanto públicos como privados, lo que proporcionará una visión integral y compartida del PLL.
Resulta fundamental la existencia de tres tipos de agentes:
- Instituciones locales que ejerzan un liderazgo claro.
- Agentes colaboradores que planteen propuestas de objetivos y, posteriormente, desarrollen las acciones incluidas en el Plan.
- Una comisión técnica que, teniendo en cuenta las propuestas y los recursos existentes, realicen el diseño, la promoción, la ejecución y el seguimiento.
9. Lograr que la aportación de recursos para un PLL sea asumida por todas las entidades públicas y privadas que participen en él. Es la prueba más evidente del compromiso de las mismas con el desarrollo sociocultural de la localidad.
Los recursos disponibles serán determinantes para fijar los objetivos del PLL y posibilitar el cumplimiento de los mismos. Serán de tres tipos: instalaciones, recursos personales y recursos económicos.
10. Aplicar en su evaluación tres tipos de indicadores:
- Indicadores de gestión, que medirán la eficiencia.
- Indicadores de resultado, que medirán el grado de eficacia.
- Indicadores de impacto, que medirán las consecuencias del Plan.
lunes, 3 de marzo de 2025
"LOS MILLONARIOS". Un poema de la cubana Fina García-Marruz seleccionado y presentado por Andrea Villarrubia Delgado
Son muy diversas las maneras por las que llego a los poemas o, mejor dicho, por las que los poemas llegan a mí. En numerosas ocasiones mi conocimiento es fruto del azar. Es el caso del poema que hoy comparto. Lo he descubierto en la revista ‘Abril’, que desde 1991 se edita en Luxemburgo, semestralmente, en papel y en español, un pequeño y entusiasta grupo de traductores. El poema de este domingo, que aparece en el último número de la revista, una de cuyas secciones está dedicada a Cuba, es de Fina García-Marruz, una de las voces poéticas más relevantes de la literatura hispanoamericana. De su compromiso social y su mirada fraternal hacia los que poco o nada poseen es buen testimonio el poema ‘Los millonarios’, que no son los indecentes plutócratas del mundo, sino los que en cada país sostienen con su esfuerzo y su trabajo el bienestar de los demás, los que dan sentido y continuidad a la vida.
LOS MILLONARIOSDía a día vienen en el periódico sus fotos.Los carboneros de la región, por cuatro añosdestacados. Los de la industria textilera. El níquel.Los de la caña. Los millonarios del trabajo.No los que tienen cuarenta mil pesos en el bancosino cuarenta mil horas de esfuerzo acumulado.Ahí están, los de rostros sudorosos, y sonrientessiempre. Cambian y son los mismos. Así es también el mar.¿Quién precisa los rasgos que se borranpara rehacerse, y seguir? Hay como una sonrisapropagándose, como un incendio suave, de rostro a rostro.Una fila está en pie: la otra se agachaporque salgan bien todos. Hay el que pareceque escucha la canturía lejana. El serio. Elque bromeó un rato antes. El del sombreroredondo como un halo. El viejo que sostieneen las manos nudosas, el suyo, ocultandoalgún roto del pantalón. El joven de la novia,jugueteándole por la comisuradel labio, la playa, el boleróndel domingo que se dejó para después. El que tieneaún como una huella de fuego entre los surcosde la frente. Los hombres en camisa y sin adornos.Siempre estarán ahí, rostros anónimos,ojos del mucho sol a la intemperie.Sus trabajos sostienen hasta el último ocio.Nuestra oficina limpia, sus manchadoszapatos de ir a pie. Quejas menudasrebotan contra la roca de su enorme silencioque sabe reír al fuerte sol sin quejadel resisterio de las dos pasadas.Ustedes, los que tienen por solo premiola banderita, el sello, y el inmenso respetode su pueblo, no vean estas palabrasque aún no tienen la belleza merecida.Sé que todo pan salió de vuestros hornos.Duro bregar y tan humilde risa. No hay estatuasque cuenten sus arrugas, entre bromas, del oscuroenorme, pasar diario. Ninguna huellaquedará entre papeles que el viento lleva tanta y tantaentrega de vida, cañeros columnarios, oh mineros sin precio,oh pobres millonarios de mi patria.FINA GARCÍA-MARRUZ
domingo, 2 de marzo de 2025
"EL DERECHO A LA LITERATURA". Un excepcional artículo de Antonio Cándido, poeta, ensayista, profesor universitario y uno de los principales críticos literarios brasileños.
[...] las personas, frecuentemente, son víctimas de una curiosa obnubilación. Afirman que el prójimo tiene, sin duda, derecho a ciertos bienes fundamentales, como casa, comida, educación, salud: cosas que nadie que tenga buenos principios admite hoy en día quesean privilegio de las minorías, como ocurre en Brasil. Pero, ¿pensarán que un semejante pobre tiene derecho a leer a Dostoievski o a escuchar los cuartetos de Beethoven? A pesar de la buena disposición que muestran hacia el prójimo, tal vez esto ni se les pase por la cabeza. Y no por mal, sino solamente porque cuando enumeran sus propios derechos no los hacen extensibles al semejante en su totalidad. Ahora bien, el esfuerzo para hacer partícipe al semejante del mismo elenco de bienes que reivindicamos para nosotros mismos está en la base de la reflexión sobre los derechos humanos.
[...] Por eso, la lucha por los derechos humanos presupone la consideración de tales problemas y, para entrar directamente en el tema, yo recordaría aquí que son bienes incompresibles no sólo los que aseguran la supervivencia física en niveles decentes, sino los que garantizan la integridad espiritual. Son incompresibles, por cierto, la alimentación, la vivienda, el vestido, la instrucción, la salud, la libertad individual, el amparo de la justicia pública, la resistencia a la opresión, etc.; y también el derecho a la religión, a la opinión, al descanso y, por qué no, al arte y a la literatura.
[...] Daré el nombre de literatura, en un
sentido lo más amplio posible, a las creaciones de toque poético, ficcional o
dramático de todos los niveles de una sociedad, de todos los tipos de cultura, desde
lo que llamamos folclore, leyenda, chiste, hasta las formas más complejas y
difíciles de la producción escrita de las grandes civilizaciones.
Vista de este modo, la literatura se presenta
claramente como la manifestación universal de todos los hombres en todos los
tiempos. No hay pueblo y no hay hombre que pueda vivir sin ella, es decir, sin la posibilidad de entrar en contacto con algún tipo de fabulación. Así como todos soñamos todas las noches, nadie es capaz de pasar las veinticuatro horas del día sin tener algún momento de entrega al universo fabulesco. Durante las horas de descanso el sueño asegura la presencia indispensable de este universo, independientemente de nuestra voluntad. Y durante la vigilia la
creación ficcional o poética, que es el resorte de la literatura en todos sus
niveles y modalidades, está presente en cada uno de nosotros, seamos
analfabetos o eruditos, en la forma de anécdotas, historietas, noticias policiales,
cuentos y canciones populares. Ella se manifiesta tanto en el devaneo
sentimental o económico que tenemos mientras viajamos en autobús como en la
atención prestada en la telenovela o en la lectura de una novela.
[...] Con relación a estas dos caras de la
literatura, es conveniente recordar que ella no constituye una experiencia
inofensiva, sino una aventura que puede causar problemas psíquicos y morales,
como ocurre con la propia vida, de la cual es imagen y transfiguración. Esto
significa que juega un papel formador de la personalidad, pero no de
acuerdo con las convenciones sino, sobre todo, de acuerdo con la fuerza
indiscriminada y poderosa de la propia realidad. Por eso, en manos del lector, el libro puede ser factor de
perturbación e, inclusive, de riesgo. Y de este hecho deriva la
ambivalencia de la sociedad frente a él, pues, a veces, cuando transmite
nociones o hace sugerencias que a la visión convencional le gustaría
proscribir, suscita condenas. En el ámbito de la instrucción escolar el
libro llega a generar conflictos, porque su efecto trasciende las normas establecidas.
Hace más de quince años, en una
conferencia realizada en el marco de una reunión de la Sociedade Brasileira
para o Progresso da Ciencia sobre el papel de la literatura en
la formación del hombre, destaqué, entre otras cosas, los aspectos
paradójicos de este papel, en la medida en que los educadores preconizan y, al
mismo tiempo, temen el efecto de los textos literarios. De hecho -decía en
aquella oportunidad- existe “un conflicto entre la idea convencional de una
literatura que eleva y edifica (según los padrones oficiales)
y su poderosa fuerza indiscriminada de iniciación en la vida, que se manifiesta en una complejidad variada que los
educadores no siempre desean. La literatura, por lo tanto, ni corrompe
ni edifica, sino que, al traer
libremente en sí misma lo que llamamos el bien y lo que llamamos el
mal, humaniza en sentido profundo, pues hace vivir”.
[...] Digamos, entonces, algo con respecto a las
producciones literarias en las cuales el autor desea expresamente tomar
posición frente a los problemas. De este deseo resulta una literatura comprometida,
que parte de posiciones éticas, políticas, religiosas o, simplemente,
convicciones y desea expresarlas o parte de cierta visión de la realidad y la
manifiesta con tono crítico. De todo esto puede derivarse un peligro: afirmar
que la literatura sólo alcanza su verdadera función cuando es de este tipo.
Para la Iglesia Católica, durante mucho tiempo, la “buena literatura” era la que
mostraba la verdad de su doctrina, premiando a la virtud y castigando el
pecado. Para el régimen soviético, la literatura auténtica era la que describía
las luchas del pueblo, cantaba la construcción del socialismo o celebraba a la
clase obrera. Son posiciones fallidas y perjudiciales para la verdadera
producción literaria, porque tienen como presupuesto que ésta se justifica mediante
finalidades ajenas al plano estético, que, en realidad, es el decisivo. De
hecho, sabemos que en literatura un mensaje ético, político, religioso o, en un
sentido más amplio, social sólo resulta eficiente cuando se lo reduce a
estructura literaria, a forma ordenadora. Tales mensajes son válidos como
cualquier otro y no pueden proscribirse, pero su validez depende de la forma que
les da existencia en tanto objetos de un cierto tipo.
[...] La organización de la sociedad puede
limitar o ampliar el goce de este bien humanizador. Lo que resulta grave en una
sociedad como la brasileña es que ella mantiene con el máximo rigor la
estratificación de las posibilidades, tratando muchos bienes materiales y
espirituales que son incompresibles como si fueran compresibles. En nuestra
sociedad el goce de la literatura está supeditado a una cuestión de clases, en
la medida en que el hombre del pueblo está prácticamente
privado de la posibilidad de conocer y aprovechar la lectura de Machado de
Assis o de Mario de Andrade. Para él, lo que resta es la literatura de
masas, el folclore, la sabiduría espontánea, la canción popular, el proverbio.
Estas modalidades son importantes y nobles, pero es grave considerarlas
suficientes para la gran mayoría que, debido a la pobreza y la ignorancia, está
imposibilitada de tener acceso a las obras cultas.
[---] A partir de 1934 y del famoso Congreso de
Escritores de Karkov, se generalizó la cuestiónde la “literatura proletaria” -que
venía debatiéndose desde la victoria de la Revolución Rusa- y hubo una especie
de convocatoria universal en pro de la producción socialmente comprometida. Uno
de los argumentos utilizados sostenía la necesidad de ofrecer al pueblo un tipo
de literatura que realmente le interesase, porque trataba sus problemas desde
un ángulo progresista. En esa ocasión, un escritor francés bastante
comprometido, aunque no sectario, Jean Guehenno, publicó en la revista Europe algunos artículos en los que
relata una experiencia simple: le dio a leer a gente modesta, de poca
instrucción, novelas populistas, con una posición ideológica comprometida con el trabajador y el pobre; pero no obtuvo muestras
del menor interés por parte de las personas a las que se dirigió.
Entonces, les dio libros de Balzac, Stendhal, Flaubert, que las fascinaron. Guehenno
quería mostrar con esto que la buena literatura tiene alcance universal
y que, si llegara al pueblo, sería debidamente acogida.
Por ese lado mostraba el efecto mutilador
de la segregación cultural por clases. Aún
hoy recuerdo haber oído en los años cuarenta que el escritor y pensador
portugués Agostinho da Silva promovió cursos nocturnos para operarios,
en los que comentaba textos de filósofos como Platón, que despertaron mucho
interés y fueron debidamente asimilados.
[...] El
Fausto, el Quijote, Os lusiadas, Machado de Assis pueden ser objeto de
goce en todos los niveles y serían factores inestimables de afinación personal,
si nuestra injusta sociedad no segregase los sectores, impidiendo la difusión
de los productos de la alta cultura y confinando al pueblo solamente a una parte de la cultura, la llamada cultura popular.
En este plano, Brasil se distingue por el alto grado de iniquidad, pues,
como se sabe, tenemos, por un lado, los más altos niveles de instrucción y de
erudición y, por el otro, la masa de despojados -que predomina numéricamente-
sin acceso a esos bienes, y, lo que es peor, sin acceso a los propios bienes materiales
para la supervivencia.
En este contexto, resulta indignante el prejuicio
según el cual las minorías que tienen acceso a las formas refinadas de cultura
son siempre capaces de apreciarlas, lo que no es verdad. A las clases
dominantes, con frecuencia, les falta sensibilidad y real interés por el arte y
la literatura que están a su disposición, y muchos de sus segmentos los
cultivan por mero esnobismo, porque tal o cual autor está de moda,
o porque el hecho de que a uno le guste tal o cual pintor da prestigio.
Los ejemplos que acabamos de ver sobre la conmovedora avidez con que los pobres
e incluso los analfabetos reciben los bienes culturales más altos muestran que
lo que existe es un verdadero despojo, una real privación de los bienes
espirituales que les hacen falta y que deberían estar a su alcance como un
derecho.
[...] Por lo
tanto, la lucha por los derechos humanos comprende la lucha por un estado de
cosas en el cual todos puedan tener acceso a los diferentes niveles de cultura.
La distinción entre cultura popular y cultura alta no debe servir para
justificar y mantener una separación injusta, como si desde el punto de vista
cultural la sociedad estuviese dividida en esferas incomunicadas, dando lugar a
dos tipos de goces literarios sin comunicación. Una sociedad justa
presupone el respeto de los derechos humanos; y el goce del arte y
de la literatura, en todas las modalidades y en todos los niveles,
constituye un derecho inalienable.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
-
El cuento transcurre en un espacio acotado, un hotel al que suelen concurrir viajantes de comercio. Un lugar de tránsito. Todo hace pensa...
-
Entre los personajes más célebres de la literatura oral, del folklore popular, está el hombre lobo o lobizón, que tiene también versiones fe...
-
Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Toda...
-
Saltó la barda de su casa. Detrás del solar de doña Luz estaba la calle; la otra calle, con sus piedras untadas de sol, que se hacían musica...
-
Érase una vez un monstruo que vivía tranquilamente en la ladera oeste de una montaña. En la ladera este de la montaña vivía otro monstruo...