La importancia de la lectura en la formación intelectual y espiritual de un niño es largamente sabida; por otra parte, que los niños tienden a leer cada vez menos parece ser una realidad. Los grandes culpables de este proceso, a juicio de muchos, son los medios audiovisuales que, aunque aportan cultura e información, no contribuyen en nada a estimular esa maravillosa capacidad de imaginar que todos tenemos y que es tan necesaria para desarrollarnos. A mí me parece que esta afirmación es cierta sólo en parte. Que la televisión quita tiempo a la lectura es un hecho evidente, pero también es evidente que un buen lector lo sigue siendo a pesar de ésta. Sería absurdo navegar en contra del mundo audiovisual, acusándolo de nuestras carencias. Más bien hay que preguntarse por qué ha dejado de gustarnos la lectura. Porque yo creo, con Lewis, que antes que los niños, somos los adultos los que no leemos. Y dada la importancia de la lectura, tenemos que descubrir qué podemos hacer para remediar esta falta. Reflexionando acerca del tema, saqué a luz cuatro tesoros perdidos en el mundo de los libros; y luego, para no ser pesimista, me permití sugerir cuatro consejos prácticos para despertar en los niños el gusto por leer. CONTINUAR LEYENDO
-"No es posible crecer en la intolerancia. El educador coherentemente progresista sabe que estar demasiado seguro de sus certezas puede conducirlo a considerar que fuera de ellas no hay salvación. El intolerante es autoritario y mesiánico. Por eso mismo en nada ayuda al desarrollo de la democracia." (Paulo Freire). - "Las razones no se transmiten, se engendran, por cooperación, en el diálogo." (Antonio Machado). - “La ética no se dice, la ética se muestra”. (Wittgenstein)
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