Alguien sumó los más de 100 millones de libros vendidos con la firma de Roald Dahl y calculó que equivaldrían a la gran pirámide de Giza. Pero, más allá de los números —en los que arrasa su fan J.K. Rowling, que podría rodear la Gran Muralla China con sus 300 millones de ejemplares— el escritor galés tiene el honor de reunir a distintas generaciones en torno a los mismos títulos sin que el tiempo haya hecho mella.
Pruebe a leer de nuevo alguno de los relatos de este gran contador de historias y se sorprenderá porque le gustarán tanto como entonces. ¿Quién no quiso los poderes mentales de Matilda? ¿O entrar en la colorida fábrica de Willy Wonka? ¿Que crío no querría ahora repartir sueños con el gigante bonachón durante al menos una noche?
El padre de todos esos personajes nació hace un siglo y esos 100 años nos animan a seguir sus pasos y a repasar un legado que ocupa kilómetros de estanterías e infinitos terabytes de imaginación. Finales inesperados y personajes traviesos y excéntricos, que cuestionan la autoridad, y adultos que la mayor parte de las veces son meros cretinos. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: El Mundo
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