martes, 27 de septiembre de 2016

Jules Verne, una (posible) lectura anarquista. Por Pepe Gutiérrez-Álvarez.


Es, y con mucho, el mayor genio literario de todos los tiempos, perdurará cuando todos los demás autores de nuestra época hayan sido olvidados…

Verne fue durante mucho tiempo uno de los escritores más populares en lo quedaba de la cultura popular bajo un régimen que temía que el conocimiento llegara al pueblo. Era uno de los pocos nombres que sonaban en las calles, contaba con un prestigio ya asentado, porque se le relacionaba con algunos de los grandes inventos tecnológicos de la segunda revolución industrial y, también por el cine. Concretamente, en los años cincuenta realizaron algunas adaptaciones fílmicas que fueron éxitos de público y contribuyeron a la extensión de su celebridad, y todavía en los años ochenta sus obras ocupaban un lugar amplio en las estanterías que las librerías dedicaban a las “aventuras”. Pero detrás de esta imagen de gozoso escritor de novelas de aventuras y de anticipación, algunos habían visto una fascinación por la bandera negra de la anarquía, por la bandera del capitán Nemo, posiblemente el más logrado y más conocidos de sus héroes turbios.

Sobre este último Jules Verne (Nantes, 1828-Amiens, 1905), escribió Raymond Roussel en 1921: «Es, y con mucho, el mayor genio literario de todos los tiempos, perdurará cuando todos los demás autores de nuestra época hayan sido olvidados. Es, por otra parte, tan monstruoso el dárselo a leer a los niños como el hacerles aprender las fábulas de La Fontaine, tan profundas, ya que muy pocos adultos tienen capacidad para apreciarlas». Sus relatos aparecieron originalmente en el Musée des Familles.

Llevar a cabo otras lecturas de Verne significa abrir la puerta mágica de sus artilugios, sus estrambóticos inventos, sus peripecias increíbles, aparece un Jules Verne preocupado por la aventura social de la liberación humana. Su fachada burguesa o aburguesada esconde un verdadero anarquista subterráneo, un capitán Nemo que se siente feliz bajo el océano porque allí no llega el poder de los déspotas. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: kaosenlared.net

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