¿Qué importancia tiene la enseñanza en una sociedad que se guía por la política del beneficio?
La escuela y la universidad son elementos fundamentales para la construcción del futuro de un país. Pero por desgracia, la escuela y la universidad están cada vez más enfocadas a los mercados, es decir, se están convirtiendo en empresas que venden productos (diplomas) a determinados clientes (estudiantes). Personalmente pienso que esta lógica es destructiva.
¿Por qué lo cree?
La escuela tiene la obligación de hacer entender a los estudiantes que no deben ir al instituto únicamente para conseguir un diploma, ni a la universidad para tener una licenciatura. La escuela y la universidad nos permiten aprender y mejorar, pero el problema es que no le damos valor al estudio por sí mismo.
¿A qué se refiere?
No estamos formando a ciudadanos con cultura, libres y con capacidad de analizar críticamente la realidad. Por el contrario, estamos pidiendo a estudiantes de 12 y 13 años que elijan la profesión que quieren ejercer en el futuro, centrando su enseñanza en el trabajo y el salario, una clara renuncia a educar a hombres y mujeres libres.
¿Cuál es la consecuencia para la sociedad de que la escuela se convierta en un mercado?
El resultado está claro, las escuelas y las universidades están cada vez más valoradas en base a la lógica del mercado. Pondré un ejemplo práctico sobre mi país, Italia, donde las escuelas han sido abandonadas por el gobierno y a causa de los recortes, algunos institutos han llegado a firmar acuerdos con supermercados. Los institutos compran en estas superficies y, a cambio, se les proporciona unos vales con “regalos” como ordenadores o pizarras digitales. Una serie de objetos necesarios que el gobierno no les puede proporcionar.
¿Qué les estamos enseñando a los estudiantes con este tipo de acuerdos?
Les estamos educando para que sean clientes de grandes superficies y, en consecuencia, para que sean víctimas de la publicidad. Pero debería ser al revés, la escuela debería representar una forma de resistencia a la lógica del dinero. El colegio tendría que hacer entender a los jóvenes que la dignidad humana no se puede medir por el dinero que tenemos en la cuenta corriente, sino que lo más importante son los valores que podemos abrazar como la honestidad, el respecto a los demás, la tolerancia, el amor por el bien común o el respeto por la justicia. Estos valores desgraciadamente, hoy no son prioritarios. CONTINUAR LEYENDO
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