Un estudio cualitativo realizado por la socióloga Carmen Ruiz Repullo e impulsado por el Instituto Andaluz de la Mujer muestra que la mayoría de las víctimas sufre violencia sexual, camuflada por el “falso consentimiento” y condicionada por el modelo de sexualidad imperante.
Pregunta: Y cuando rompías con él, que era lo que estábamos hablando, ¿él cómo se lo tomaba?Respuesta: Pues que no, que tenía que ser suya y que no podía estar con nadie más.
P: Y tú cuando te decía: “tú eres mía”, tú, ¿qué decías?, ¿te gustaba que te lo dijera?
R: Sí, porque no sé me… no sé, me gustaba que, por una parte fuera así, pero por otra no.
P: ¿Por qué?
R: Porque no.
Son las respuestas de una de las chicas entrevistadas en el estudio Voces tras los datos: una mirada cualitativa a la violencia de género en adolescentes, realizado por la socióloga Carmen Ruiz Repullo e impulsado por el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). La investigación llega a tres conclusiones fundamentales: la violencia física que sufren las adolescentes puede ser tan severa como la que sufren las mujeres adultas, pero a diferencia de lo que suele ocurrir con estas últimas, esa violencia no surge siempre cuando la relación se extiende en el tiempo, sino desde el primer momento; el control tecnológico está tan extendido en la adolescencia que no levanta sospechas; y la inmensa mayoría de las víctimas adolescentes sufre violencia sexual, camuflada por el “falso consentimiento”y condicionada por el modelo de sexualidad imperante. CONTINUAR LEYENDO
Fuente: lamarea.com
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