[...] Somos chat, wasap, instagram, fecebook y twitter. ¿Quién lo niega?
¿Y qué decir de nuestros chicos? La Generación Web, o del hipertexto. Nacen imbuidos en el mundo de la internet. Las cosas al momento. Y cabe la duda. ¿Con semejante carga de información a la mano por qué nuestros estudiantes no poseen un gran arsenal de conocimientos? ¿Por qué no comprenden lo que leen? ¿Por qué sus capacidades mentales no van en aumento?
[...] No somos detractores de las redes. Pero todo en su justa medida, o como dicen los budistas, el camino medio. Facilitemos a nuestros chicos el acceso a libros comunes y corrientes, si, esos, los de las tapas con colores y hojas de papel. Disminuyamos las lecturas digitales. Regresemos a la época de los cuentos. No es difícil, no. Nuestros adolescentes están leyendo a más y mejor, se enganchan con las sagas, crean grupos virtuales para debatir cuál libro es mejor, se pasan la información unos a otros en una cadena de países y lenguas.
Contribuyamos a fomentar estos hábitos en ellos.
Cómprele un libro a su hijo. Envuélvalo en papel regalo y disfrútelo usted también, que no hay mejor enseñanza que el ejemplo.
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