No hace mucho terminamos el libro de Leon Tolstoi: La muerte de Ivan Ilich. El libro nos ha gustado, a pesar de que el argumento del mismo no es que sea demasiado alegre, ya que nos hace patente que nuestro reino no es de este mundo. Efectivamente, en muchas ocasiones la sentencia de muerte llega sin previo aviso, cuando menos se espera, cuando no entra, si es que alguna vez entra, en nuestros planes. Esto es lo que le sucede a Ivan Ilich.
El texto se centra en ese espacio de tiempo que va desde, aún sin ser consciente de ello, esa sentencia hasta que se produce el óbito. El protagonista va tomando conciencia de lo que le va pasando, de la angustia que le produce y de la soledad en la que queda. Solo ante la muerte. Solo ante el dislate del final de la vida. Solo ante la no aceptación de lo que va a a suceder. Solo.
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