La educación es uno de los instrumentos más potentes con el que contamos para lograr cambios reales en materia de igualdad, ya que los modelos de comportamiento y valores que se adquieren en la infancia y en la juventud van a condicionar y modelar la construcción de la propia identidad, y las relaciones que se van a establecer con las y los demás, en el centro y en la sociedad del mañana.
A través de las páginas de esta Guía se pone el acento en la importante labor que realiza el profesorado y en la necesidad de tomar conciencia de su papel en el cambio de valores y actitudes necesario para lograr la erradicación de la violencia de género en nuestra sociedad. Se invita al profesorado a reflexionar sobre las propias conductas y a prestar atención al modo en que se interactúa con el alumnado, así como al tipo de relaciones que se establecen en el centro entre los grupos de iguales.
Considerando que el propio centro educativo debe ser un ejemplo de tolerancia cero frente a la violencia de género y que la actitud y respuesta del profesorado ante los posibles conflictos es, de una u otra forma, modelo referente; la guía invita a facilitar que la comunidad educativa en general y especialmente el alumnado sientan el respaldo necesario para poder comunicar con confianza y seguridad posibles problemas o situaciones que detecten.
Es necesaria la sensibilización de toda la comunidad educativa, de modo que se planifique y facilite la formación, se asegure la detección precoz de situaciones de riesgo, y ante la mera sospecha de un caso de violencia de género, se garantice una inmediata y eficaz intervención con la aplicación del protocolo.
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